Señor alcalde: el despacho que ocupa no es suyo, el coche oficial que le lleva y le trae no es suyo, el bolígrafo con el que firma los decretos seguramente tampoco lo ha pagado usted; ni siquiera las zalamerias de las que es objeto por el hecho de ser el primer edil se le pueden atribuir a su persona, si no al cargo que desempeña.
Le recuerdo todo esto, señor alcalde, porque creo que ha olvidado que el teléfono que le dieron cuando tomó posesión de su cargo no es suyo, sino de los ciudadanos que, con sus impuestos, pagan las facturas que genera el consumo de ese móvil. Usted no debería usar el teléfono oficial para llamadas que nada tienen que ver con el desempeño de su cargo.
Estos reproches están dirigidos a cualquiera de los miles de alcaldes españoles. A estas alturas, me cuesta imaginar a un regidor que aparte la mano del móvil oficial o del teléfono de la alcaldía porque, tras reflexionar un segundo, comprende que la llamada que está a punto de realizar es absolutamente personal. Pero no por abundante, la práctica deja de ser censurable e incluso delictiva.
La noticia viene ahora. En Valdepeñas (Ciudad Real), el alcalde y, al menos, una de sus concejalas han usado el teléfono oficial para asuntos estrictamente personales. Con el título `Este alcalde es una ruina´ publiqué el 8 de abril pasado un reportaje en la revista Interviú, contando que en las facturas telefónicas de Jesús Martín, regidor valdepeñero y senador socialista –imputado por la contratación irregular de un arqueólogo municipal– aparecían llamadas a Argentina, Hungría y Costa Rica. Aporté fechas e importes de algunas de esas facturas, por ejemplo: el alcalde había realizado llamadas por valor de 936,617 euros entre el 18 de junio y el 17 de julio de 2011, de los que 188,87 euros correspondían a llamadas internacionales.
Llamé al mismo número que aparecía en las facturas telefónicas que habían llegado a mi poder y sonó la voz del alcalde. Le expliqué que quería contrastar unos datos sobre sus facturas telefónicas y declinó contestar a mis preguntas. Ya con la revista en la calle, Jesús Martín convocó una rueda de prensa para decir que la información “es real pero no se ajusta a la verdad”. No entiendo cómo algo puede ser real y no ajustarse a la verdad. Además, si tenía algo que matizar ¿por qué no lo hizo cuando contacté con él? Supongo que el interfecto quería asesorarse antes de dar la cara y soltar las explicaciones oportunas. Pero fue un fracaso su defensa. Explicó a los ciudadanos de Valdepeñas que aquella factura de casi mil euros correspondía a los 14 móviles de concejales, alcalde y portavoces de la oposición. No, señor alcalde, ese dato ni es real ni se ajusta a la verdad. La factura corresponde exclusivamente a su número de teléfono.
El alcalde de Valdepeñas justificó las llamadas realizadas desde Hungría y Argentina con su móvil oficial “porque son destinos a los que viaja esporádicamente y donde tiene que recibir y realizar llamadas”, según recogió el diario digital miciudadareal.es. Pero ¿y las llamadas a esos países desde Valdepeñas? ¿Qué explicación tienen? ¿Qué intereses tiene usted en esos lugares como para llamar todos los meses desde su móvil oficial? Un ejemplo: entre el 18 y el 30 de septiembre de 2012, desde su teléfono se realizaron 50 llamadas a Argentina por valor de 218,37 euros. ¿Por qué no aclara esta cuestión?
También consta en una factura del teléfono oficial de una de sus concejalas 389,47 euros en llamadas realizas desde Rusia a un móvil español. Esa factura, pagada por el ayuntamiento que usted preside, ascendió a 600,82 euros por el consumo realizado entre el 18 de noviembre y el 17 de diciembre de 2012. ¿Cómo se puede justificar que una concejala de Valdepeñas genere semejante gasto telefónico? Si fue a Rusia a adoptar a un niño, como parece que así sucedió, entre el 17 y el 30 de noviembre pasado ¿por qué no usó su móvil personal?
Un solo euro público es sagrado; no le pertenece, señor alcalde.
