viernes. 19.04.2024

Los que esto predican, están equivocados, o no son sinceros, o ambas cosas a la vez. Lo que en el fondo quieren es seguir haciendo lo que les viene en gana. Las mayorías absolutas se han utilizado para gobernar importando un pimiento lo que digan los demás. Al final ganan la votación.

Que es más fácil sí, pero que es más conveniente no. Rotundamente no. Ni se obtienen mejores resultados con mayorías absolutas, ni los gobiernos que se constituyen mediante pactos, mediante acuerdos, mediante el diálogo, son peores; ni mucho menos que sean un peligro. El peligro es hacer extender la idea de que gobernar en coalición es perder estabilidad. No engañemos a gente.

Un padre de familia gobierna con mayor facilidad si se sitúa en el absolutismo del ordeno y mando, “palo y tente tieso”, que si lo hace mediante el diálogo y el convencimiento. Así es más difícil, pero es más positivo,… y más ético, más moral.

Sí. Estamos engañando a la clientela. Venga con lo malo que ha sido el tripartito, presidido por Montilla. Malo, malo, malísimo. Ejemplo de lo peor, de lo peor. No; mentira. El tripartido condujo a Cataluña por la senda de un bienestar social como nunca habían tenido. Y más todavía: no se entretuvieron en aventuras soberanistas. Fue un gobierno que se preocupó de las necesidades de la gente, de la Educación, de la Sanidad, y no de derivas independentistas. Eso por citar un ejemplo.

¿Por qué son tan malos los partidos emergentes? Porque han venido a decir que se acabó de gobernar por el método del ordeno y mando. Ahora habrá que escuchar, habrá que dialogar, habrá que respetar, y habrá que gobernar poniendo programas en común. Se viene hablando desde hace mucho tiempo de limitar los mandatos a dos legislaturas, a poner listas abiertas, a luchar de verdad contra la corrupción, a evitar las desigualdades, etc., etc. A partir de ahora puede que nos lo tomemos más en serio. Bienvenida la pluralidad, el diálogo, y los pactos.

La estabilidad