“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” (art. 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)
Ambos artículos, a día de hoy, son declaraciones de intenciones tan imperfectas y carecen tanto de sentido que bien podrían servir de base para una película, ya sea de drama o de ciencia ficción digna de Steven Spielberg.
Desgraciadamente, son raros los días en los que podríamos decir que estos artículos se cumplen en nuestro país. Un país donde hemos visto cómo con la justificación de la crisis las clases humildes han sido machacadas literalmente, cómo la desigualdad diaria ha aumentado en todos los ámbitos, y así, día a día.
Si de declaración de intenciones se trata, debemos analizar las de todos los que nos presentamos a las elecciones de este año. De todos aquellos que estamos convencidos de que las declaraciones de intenciones deben estar basadas en situaciones reales.
Hablar de igualdad en los tiempos que corren es algo muy osado pues la desigualdad se cifra en datos. Y son muy reales los que nos dicen que desde 1995 han sido asesinadas 1378 mujeres. Y es real la disminución de gastos de inversión para la solución del problema. Otra desigualdad más, otro dato al fin y al cabo.
Cabe decir que en Unidad Popular- Izquierda Unida no dedicaríamos tan solo cinco minutos escasos de debate a hacer propuestas en este campo. No, porque nuestro programa es un programa hecho con la gente que necesita que la igualdad sea real. Un programa hecho con las mujeres y hombres que sufren. Hecho con los que no llega a final de mes así como con los niños que, viviendo en un país rico, han visto aumentado el índice de pobreza infantil.
Desde Unida Popular-Izquierda Unida creemos en la dignidad de la persona, empezando desde la infancia. Siguiendo en la etapa educativa, formativa y laboral, hasta dar el paso a una jubilación justa, y todo ello en condiciones reales de igualdad.
Nuestro programa, no podría ser de otro modo, se compromete con la igualdad de género con el objetivo de conseguir el máximo bienestar. Para ello, introducimos la perspectiva de género en todos los bloques de trabajo pues apostamos por la co-responsabilidad en los cuidados para conseguir una sociedad igualitaria en el empleo y en la economía.
La educación es la base esencial de la creación de valores. Deben ser valores humanistas que desarrollen en las personas lo mejor de ellas y no los valores de carácter empresarial que la actual ley pretende desarrollar. Por todo ello, vamos a recuperar la educación para la igualdad y contra la violencia de género eliminada de la LOMCE.
Juana Caro afirma que “La construcción de una sociedad de clara orientación socialista y anti-patriarcal en la que el libre desarrollo de cada uno sea condición necesaria para todos. El reconocimiento real y legal de la diversidad racial, así como la diversidad funcional y discapacidad, con la mejora de la escuela inclusiva más la inclusión social mediante el empleo, son medidas que harán que el lema de Unidad Popular-Izquierda Unida “Por un nuevo País” sean no solo una declaración de intenciones sino un plan de trabajo real para eso: para cambiar hacia un nuevo y mejor país”.
