viernes. 17.05.2024
OPINIóN

Los Liberales y la Sanidad

El Partido Popular de María Dolores de Cospedal tiene entre sus máximas prioridades políticas la exigencia de una atención  médica digna a todos los castellano-manchegos.Ya desde la época de Gregorio Marañón, hace ya casi un siglo el médico español tenía uno de los niveles profesionales más altos de Europa, tanto por su entrega vocacional, que le exigía tantos sacrificios, como por su nivel científico, no tan alto entonces como su humanidad.

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Hoy sigue igual en su esforzada entrega, pero con mayor formación científica, y no renunciando jamás a ese viejo y sublime humanismo, que ha sido consustancial siempre con el médico español. Para ellos, junto a todos sus colaboradores sanitarios, enfermeros, auxiliares, etc., va hoy el agradecimiento y admiración desde el Partido Popular. Los trabajadores de la salud representan sin duda la actividad más noble a la que pueda dedicarse el hombre. Aquellos que cuidan de nuestras vidas desde cualquiera de sus papeles profesionales en la compleja urdimbre de la estructura sanitaria nunca podrán ser debidamente pagados ni recompensados, puesto que la vida misma no tiene precio. Sólo su constante reconocimiento social puede paliar un poco esa impagable deuda de humanidad.

Homero, ya en el verso 514 de su Canto XI de la Ilíada afirmaba que “el médico es un hombre que vale por muchos otros”, pues no sólo es “demiourgós”, esto es, “funcionario al servicio de la comunidad”, sino “technitês”, investigador de la naturaleza humana. El buen médico destaca, según Hipócrates, no sólo por su amor a la ciencia (philotechníê), sino también por su amor a la Humanidad (philantropíê). Por eso Hipócrates en su obra “Sobre la Ciencias Médica” abomina de quines comercian con la Medicina, porque no es lo mismo devolver la vida al que moriría sin la intervención del médico que vender unos pantalones. Más lo políticamente correcto nos ha convertido a los enfermos en usuarios y ya casi clientes. Efectivamente, el gran médico de Cos nos hizo la mejor definición de la Medicina que yo he encontrado: “La medicina es apartar por completo los padecimientos de los que están enfermos y mitigar los rigores de sus enfermedades, diagnosticando su causa, y el no tratar con encarnizamiento a los ya dominados por las enfermedades, conscientes de que en tales casos no tiene poder la medicina, pero sí la humanidad del médico”. El médico pobre que describía Plauto, quien con un juego de palabras señalaba que entre “medicus” y “mendicus” hay una sola “n” de diferencia, constituiría una aberración social, y en ese grupo también metemos a todo el personal que hace posible la hazaña pública de la salud.

Todos los sanitarios en general se han visto gravemente afectados en su salario y, por tanto, en su nivel de vida, por culpa de la inmensa deuda que padecía Castilla-La Mancha.

La llegada al poder del PP a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha supuso encontrar una economía en quiebra técnica total, dada la relación imposible entre su PIB y su oceánica deuda de alrededor de doce mil millones de euros, entre la deuda bancaria y el montante que suponían las facturas reclamadas que ponían sin duda en peligro la propia sociedad civil castellano-manchega y su entera economía. Contra esto la Presidenta Cospedal se vio abocada a diseñar una Economía de Guerra,  que se tradujo en decisiones y actuaciones inevitables que exigían la propia realidad y los insoslayables datos demoledores, a fin de mantener en lo posible las grandes conquistas sociales del siglo XX que se han fraguado en el término acuñado y ya conocido por todos como Sociedad del Bienestar. Para ello tuvo que realizar inevitables y dolorosos ajustes que todos hemos sufrido, pero que han posibilitado que vuelva a renacer la esperanza económica, y la economía vuelva a una pujanza que ya empieza a enriquecer a la sociedad civil con el crecimiento del empleo, más de mil empleos diarios a nivel nacional. No podemos olvidar que la civilización liberal se encarna en la sociedad civil, y sólo la imposición fiscal que ésta sufre puede garantizar la institucionalización de la solidaridad y de una sanidad universal. Se debe volver a repetir por si alguien no lo entiende y contra el fariseísmo y la poca memoria de algunos: Para sufragar los inmensos gastos autonómicos que imponen la solidaridad y una sanidad universal es necesaria una fiscalidad que tenga donde proveerse de dinero, es necesario que los miembros de la sociedad civil tengamos dinero en los bolsillos. ¿Se ha entendido? Y decía De Gaulle, en sus Mémoires d´espoir, que la economía, como la vida, es un combate durante el cual nunca hay una victoria indiscutiblemente ganada. De ahí el realismo y prudencia de los liberales a la hora de asegurar y fortalecer nuestra sociedad del bienestar.

Pues bien, ya es el momento de que vuelvan las inversiones a la Salud Pública, pues la coyuntura económica de la sociedad civil ha variado sensiblemente. De hecho ya han vuelto, y la Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal vuelve a invertir en Sanidad.

El SESCAM ha devuelto, por ejemplo, los cuidados paliativos a domicilio a los vecinos que sufren enfermedades muy graves, ya irreversibles. Y es que efectivamente el médico sigue siendo importante aunque no pueda siempre derrotar a la enfermedad. Ya decía Petronio: “Medicus nihil aliud est quam animi consolatio”. Si el médico nos trae a la vida, es lógico que también nos ayude al regreso al más allá.

Es el momento de los pacientes, y poner al paciente en el centro del sistema es lo más barato y eficiente. Los ciudadanos son los dueños del sistema sanitario público, y ya no es que puedan elegir médico, sino también Hospital. Nunca el gobierno de María Dolores de Cospedal estará de acuerdo con la pesimista máxima de “Medicina gratis, nullius est utilitatis”; esto es, “la medicina gratis no es de utilidad alguna”, porque nunca ha sido gratuita, dado el enorme esfuerzo que supone la hazaña de nuestro magnífico sistema de salud.

Los Liberales y la Sanidad