viernes. 19.04.2024
Opinión

Lo que habrá que Wert

En este cálido veranillo de San Miguel parece que ya están acoplados profesores y alumnos en las aulas de nuestros centros escolares como si de un puzle se tratara. Es lo que deseaban las actuales autoridades educativas de nuestro país y de nuestra región: algunas protestas aisladas, mucho pesimismo en el interior del sistema, pero calma chicha en esa mayoría silenciosa tan alabada desde la mismísima Moncloa;  silencios que todo lo perdonan y todo lo aguantan.

Algún gestor educativo ha llegado a afirmar que éste será “el mejor curso escolar de la historia de Castilla-La Mancha”.

Cambiarán el currículum y nos dirán que ya no enseñemos a restar sino a recortar, es la nueva doctrina que imponen estos neoconservadores que se indignan pijamente porque un juez de la Audiencia Nacional no les ha dado la razón, porque no se ha plegado a ser mayoría silenciosa y les ha dicho que en su acción política son decadentes. Tendríamos que ser valientes como ese juez y, educadamente, explicarles que los recortes educativos son de naturaleza ideológica, no económica, y que intentan quebrar el modelo de sociedad razonablemente equitativa que disfrutábamos en toda esta etapa democrática. Supongo que estas cosas podrán aún decirse antes de que se atrevan a “modular” las manifestaciones críticas y discrepantes.

Escribió Anatole France que “gobernar es desconcertar” y, no estando de acuerdo con esa definición, sin embargo le viene como anillo al dedo a nuestros actuales gobernantes educativos nacionales y regionales. Hacen lo contrario que prometieron; los unos pretenden defender las virtudes educativas actuales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, pero en realidad la están transformando en la Junta de Calamidades de Castilla-La Mancha (es su oculto objetivo de desprestigiar las comunidades autónomas); los otros, que no subirían el IVA porque era pernicioso en una economía en recesión, pero ahora los lapiceros, bolis, gomas y libretas escolares cotizan al 21%, y llevar a los  niños el fin de semana al cine o al teatro será todo un lujo para las familias.

La educación pública en Castilla-La Mancha, con sus deficiencias, antes de las transferencias educativas, y después de las mismas, ha logrado alcanzar metas de erradicación de incultura, de generalización de la enseñanza e, incluso, de europeización cultural con nuestra Universidad regional que nos propusimos entre todos como parte de la convivencia democrática en nuestro atrasado territorio. La herencia de atraso educativo histórico, anterior a nuestra actual Constitución, supongo que nadie la negará.

Es indignante que algunos voceros de la decadente política silenciosa hayan puesto el grito en el cielo recientemente por un informe de la Comisión Europea que alertaba de los desequilibrios en educación entre los países norte-sur de Europa. Y trasladado a España, el desequilibrio entre las regiones tradicionalmente ricas y tradicionalmente empobrecidas como la nuestra, Castilla-La Mancha aparecía con un 64,8% de ciudadanos con niveles de estudios bajos ( Madrid un 44,2%, Cataluña un 55,12%). Leído con la cruda realidad, significa que un 35% de castellano-manchegos tienen estudios superiores. ¡Claro que hay más estudios superiores en Madrid y Cataluña!,  pero ¿qué pasaba hace 25 años? No teníamos ni universidad para poder estudiar esas licenciaturas y doctorados. Era el abolengo y el dinero de las pocas pudientes familias lo que daba ese prestigio y éxito personal del estudio superior. ¿Por qué quieren ahora cargarse nuestra Universidad regional pidiendo que recorten titulaciones e investigación?

Me parece que Lincoln en algunos de sus discursos ya alertó de que “se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. El curso será el mejor de toda la historia de Castilla-La Mancha, pero notamos que trabajan bastantes menos profesores que el curso anterior, que las aulas están masificadas y  se altera la atención, que ahora hay un único Centro de Formación  para 30.000 profesores, que los libros no son ya gratuitos ,que los transportes escolares han desaparecido para estudios medios, que las tasas universitarias se han multiplicado, que las becas  para estudiar se han reducido, que las becas para comer ciertos alumnos se han esfumado para aquellas familias que tenían dificultades para alimentar a sus hijos. Igual se puede engañar a todos algún tiempo, pero a los afectados por ello ya no se les puede engañar más.

A los profesores nos han birlado la ilusión de la Navidad, han mandado al olvido los gastos sociales, y nos amenazan cuando estamos enfermos a no pagarnos nada los tres primeros días de baja laboral (medida no aplicada con esta rotundidad en otras comunidades autónomas, siendo como somos funcionarios de cuerpos nacionales). Nos queda la profesionalidad, pero a todos no nos pueden seguir engañando permanentemente.

Por si faltaba algo en este silencioso panorama, sale el ministro Wert con su anhelada reforma educativa y nos demuestra que no es cuestión de economía, que es cuestión de ideología. El ministro franquista Palasí acabó con las reválidas desde su ley de educación de los años 70, ahora se resucita este sistema de selección y de ninguneo del profesorado oficial.

Quiere imponer un modelo educativo clasista, olvidando que la atención a la diversidad no consiste en evaluaciones externalizadas sino en una atención personalizada del alumno. Son capaces de clasificar centros escolares por sus resultados académicos. Por si teníamos dudas, parece que sí habrá dinero para subvencionar a aquellos centros privados que pretendan segregar y no coeducar. Y por si teníamos más dudas, el viejo sistema educativo que ahora se pretende sustituir es el culpable del auge de los nacionalismos históricos en España, y sí habrá dinero para concertar con centros que enseñen en castellano en esos territorios y españolicen a los alumnos díscolos.

Me pongo a temblar con el desarrollo de este histórico curso escolar en Castilla-La Mancha que para el año 2013 ya anuncia una resta o recorte presupuestario millonario, y me pongo a temblar con la tramitación rodillo parlamentario de la nueva ley de educación. Decía Javier Marías en uno de los últimos dominicales de El País que “tenemos un gobierno que va de desmán en despropósito y de despropósito en tropelía”. ¡Para echarse a temblar!

 Nos están “modulando” todas las conquistas sociales y democráticas de nuestra decadente convivencia. ¡Pero estamos en silencio, aún puede ser peor!

¿Será verdad que gobernar es desconcertar? ¡Lo que habrá que Wert!

Lo que habrá que Wert