martes. 16.04.2024
Opinión

No lo entiendo

Vamos a ver: El año 2011 supuso para el PSOE uno de los peores años de su historia. Perdió una buena parte de su hegemonía política. No pretendo ahora entrar en quien tuvo la culpa; eso es otro tema. El mal trago fue muy difícil de asimilar. Era normal. Se iniciaba lo que los politólogos llaman la travesía del desierto. Se enfrentaban a un regeneracionismo que no solo afectaba al partido, le afectaba y mucho, a toda España. Algunos sabíamos y lo denunciamos que el fracaso electoral del PSOE iba a suponer un importante retroceso en la política social. Y así ha sido.

Era pues, una grave responsabilidad la que afrontaba el PSOE: levantar su partido y volver a recuperar lo que se había ganado en muchos años. Era previsible que el estatus conseguido se iba a perder. La previsión quedó corta. Hemos perdido mucho más que lo que algunos preveíamos. Pero eso también es otro tema. En este momento pretendo poner el punto de mira en como se ha llevado a cabo esa travesía del desierto; como se ha regenerado el partido; como se ha preparado para hacer frente a ese tan necesario cambio, imprescindible cambio político y social.

Después de un año de mortecino letargo, -normal-, se iniciaba el debate de si lo primero era diseñar un proyecto de regeneración ideológica, o era mejor acometer primero una renovación de liderazgo. Bueno; discutible. Al final se optó por lo primero. Se consideró que lo más urgente era poner en papel un documento base para afrontar la nueva y difícil etapa. El resultado fue uno de los mejores estudios de análisis sociopolítico que se haya presentado en mucho tiempo. El documento de “la Conferencia Política” es de extraordinaria valía. Es la socialdemocracia en estado puro, adaptada a los momentos actuales. Pero, ¿para qué ha servido?

Tiempo perdido. Con el documento en el cajón, se procede al cambio de liderazgo. Primer error: solo se ha afrontado el cambio de líderes a nivel federal. Pero, eso debería haber llevado aparejado un recambio a todos los niveles. No se ha hecho. Y lo peor, es que “Las resoluciones de la Conferencia Política” siguen en el cajón. No entiendo los bandazos a un lado y a otro, con ese documento en el cajón. Guardado, y bien guardado, para no deslustrarlo. No importa si se apolilla. No lo entiendo.

No lo entiendo