viernes. 29.03.2024

Mas allá del concepto duro y puro del racismo, la xenofobia - de acuerdo con la Convención Internacional sobre la Eliminación de las Formas de Discriminación ( aprobadas por la Asamblea de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965 ) -  es un concepto mas amplio que desgraciadamente no  consideramos a no ser que nos afecte a nosotros mismos  al convertimos en emigrantes dentro de las comunidades hispanas o por el extranjero en búsqueda de trabajo.

La xenofobia es definida por la ONU: “ exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional que tenga por objeto anular el reconocimiento en condiciones de igualdad...”

Por eso cuando pretendemos imponer privilegios nativos nos estamos deslizando casi sin mala intención por  la cuña de la xenofobia.

El miedo al que no es de aquí, - especialmente si sabe mas que nosotros – se convierte en limitación grave para nuestro desarrollo como pueblo moderno.

La xenofobia, el miedo al forastero, es un prejuicio arraigado en el individuo y en la sociedad y ese mal también está presente entre nosotros, y pido excusas si mis conciudadanos se sintieran molestos, porque lo veo a diario en nuestras calles, en los bares: ¿pero Vd. no es de aquí?  como si el tener “pedigrí” de nacimiento fuera el aval que si se refiere a vascos o catalanes se critica  - sin darnos cuenta que aquí hacemos lo mismo.

Recientemente se me llega a rechazar una solicitud de beca en cierta institución pública provincial, en su departamento de “igualdad” porque el funcionario encargado estima que no llevo viviendo en la provincia mas de un año... Le mando certificados de empadronamiento en la última década por mas de seis años y... nada: curiosa forma de entender la igualdad...

Somos un país con súper abundancia de calificativos despectivos hacia los que no son de la tierra: “moros”, “polacos”, “ gitanos” que me hacen recordar aquellas ordenanzas militares “donde se marginaba a muchos por ser de un determinado región o “considerándolos de mal vivir”.

Una lectura atenta sobre la criminalidad en el país nos permite reconocer que impregna todos los estratos de la sociedad y asignar a unos inmigrantes  el calificativo mas deshonroso no tapa nuestros propios “trapos sucios” que hay que estar ciegos para no ver.

Se suele “respetar” al forastero mas por el interés que por la virtud generosa de un compartir, desgraciadamente en decadencia. 

Hasta la Historia está llena de incongruencias: Olvidamos fácilmente la procedencia de insignes personajes vinculados a nuestra tierra como Cervantes, Quevedo,etc  un día vilipendiados y marginados , pero  hoy ensalzados, en importantes pueblos de nuestro territorio que  convierten la ficción en realidad y hasta construyen “caminos” por donde perjuran pasara  su ídolo imaginario: ¿ el Quijote que narra en su novela Miguel de Cervantes ?.

 

 

Nos acecha la xenofobia