viernes. 26.04.2024
OPINIóN

Notas desde la Barrera Cap. XI: "Napoleones de pacotilla"

El 14 de marzo de 1804, Napoleón mandó una unidad de Dragones a Baden para secuestrar al Duque de Enghien. Este príncipe francés, con conexiones con la casa Borbón, fue llevado al castillo de Vicennes a las afueras de París, juzgado sumarísimamente por traición y fusilado al amanecer del 21 de marzo en los fosos. Este hecho fue el detonante de la formación de la 3ª Gran Coalición contra Francia, y llevó al Ministro de Policía Joseph Fouché a decir "Fue mucho más que un crimen. Fue un error".

Opino algo parecido a Fouché sobre los acontecimientos que se vienen sucediendo desde hace tiempo en Cataluña. La resolución aprobada el pasado lunes en el Parlament es mucho más que un crimen, es un error. Un inmenso error. Coloca a todo un parlamento autonómico fuera de la ley, y de no ser por la tibieza del Gobierno tendría consecuencias penales para sus promotores y para los que han votado favorablemente a su aprobación.

No es lo más grave que se haya dado inicio con esta resolución a la República Bananera de Cataluña, porque el recorrido de lo aprobado ha sido corto tras el recurso que el Gobierno ha interpuesto ante el Tribunal Constitucional. No es lo más grave que quiera la independencia un territorio con su deuda a nivel de bono basura y con los mercados financieros cerrados, porque a los promotores de todo esto no les importa el bienestar de sus ciudadanos sino el cumplimiento de sus fantasías secesionistas. Y no es lo más grave que se manipule torticeramente la Historia y las Matemáticas para dar una pátina de legitimidad a un disparate que ya ha costado mucho dinero y dolores de cabeza no sólo a los catalanes, sino a todos los españoles.

Lo más grave, insisto, no es que quieran romper España, sino que ya han roto Cataluña. La sociedad catalana se encuentra fracturada en dos mitades que han pasado a odiarse a muerte. Y esta fractura tardará mucho tiempo en curarse. Han convertido Cataluña en una gigantesca Verona donde las irreconciliables familias de los Montesco y los Capuleto vivirán sin mezclarse y sin hablarse, sin que haya ningún Romeo y ninguna Julieta que les haga superar la enemistad. Amigos contra amigos. Familiares contra familiares. Pasará bastante tiempo hasta que todos recuerden los acontecimientos y sonrían ante la estupidez humana. Porque sólo se trata de eso, de estupidez de unos y de otros. Quiero creer que todo acabaría si la mayoría silenciosa de la que muchos hablan empezara a gritar a las puertas del Parlament, pero incluso siendo así no se repararía la gran zanja que separa a unos de otros. Tardará muchos años en taparse.

Dice el Presidente de Gobierno que aplicará "la Ley, pero toda la Ley". No sé si se ha dado cuenta que dentro de "toda la Ley" se encuentra el Código Penal, y en él está perfectamente tipificado el delito de sedición. No basta con decir que lo aprobado es inconstitucional, porque eso ya lo sabemos todos sin necesidad de ser juristas. Se debe actuar penalmente contra los promotores de este dislate, porque es constitutivo de delito. ¿No quieren mártires los independentistas? Pues quizás deberíamos darles algunos, para que ahora sí tuvieran motivos de victimismo y queja sin que tuvieran que apelar al patético "Espanya ens roba". ¿Cree el Presidente que todo se parará apelando exclusivamente al Tribunal Constitucional? Quizás se olvida el Presidente de que dentro de "toda la Ley" se encuentra el artículo 155 de la Constitución. Lo que pasa ahora es el colofón a muchos años de conflictos mal resueltos, no es nada nuevo, así que creer que todo se arreglará con lo que él denomina "respuesta proporcionada" no deja de ser una ingenuidad que nadie en su cargo debería permitirse. Y quizás se olvida el Presidente de que "toda la Ley" incluye poder fiscalizar la enorme cantidad de dinero que ha pedido la Generalitat a través del Fondo de Liquidez Autonómica para que se gaste en lo que se debería y no en embajadas y aventuras secesionistas. Tal vez esté el Presidente dando tiempo al tiempo, pero soy de la opinión de que justamente tiempo es lo que no tenemos.

En cualquier caso, sí que hemos sacado algo en claro de todo esto. Ante el desafío secesionista y la respuesta de Rajoy, los líderes del PSOE y de Ciudadanos han expresado claramente que estarán junto al Gobierno y lo apoyarán en todo. En este contexto, las declaraciones de Pablo Iglesias diciendo que acudir al Tribunal Constitucional es "torpe, miope y cobarde" resultan francamente clamorosas. Empieza a quitarse la careta si es que no lo había hecho ya, y su pretendido viaje a la moderación resulta tan fantasioso como el sueño secreto de Mas de convertirse en Kim Jong Un y que el paralelo 38 pase por el Ebro. La actitud del líder de Podemos es un aviso a navegantes, del que todos deberíamos tomar buena nota. Su propuesta de una nación de naciones, de una España Federal como él dice, merece que alguien le regale un libro de texto básico porque lo que él propone en realidad es una España Confederal, que no es lo mismo ni mucho menos. En una Federación, ningún territorio puede dejar de formar parte de ella porque todos constituyen la misma nación. En una Confederación, cualquier territorio puede irse cuando le plazca porque cada parte es un estado independiente unida a los demás por conveniencia. Y la traca de decir que en Cataluña hay un "problema político" cuando es evidente que lo que hay es un problema de orden público raya el delirio. Demasiados errores conceptuales y muy graves para alguien que dice tener tantas matrículas de Honor.

La jugada de Napoleón en 1804 terminó saliéndole bien, pues acabó derrotando al año siguiente a sus enemigos en Austerlitz. Esperemos que todos estos acontecimientos no acaben en ningún Waterloo. Sobran hombrecillos patéticos en la política española y catalana. Sobra politiqueo y falta alta política en cuestiones básicas de convivencia. No tenemos personas de Estado que dejen de lado sus intereses partidistas y se sienten a dialogar de temas tan capitales como el desafío secesionista, porque los contactos de Rajoy con todos los partidos han sido muy tardíos. No tenemos ningún Napoleón ni ningún Federico el Grande, y sí demasiados napoleones de pacotilla.

Notas desde la Barrera Cap. XI: "Napoleones de pacotilla"