martes. 14.05.2024
OPINIóN

Ante un nuevo tiempo político

Tras las Elecciones Municipales y Regionales que acabamos de celebrar creo que todos los que nos dedicamos a la Política debemos reflexionar sobre el mensaje que nos han dado los ciudadanos. Cada caso particular tendrá sus motivos y sus causas específicas pero, en general,  creo que el tiempo de las mayorías absolutas, de momento, ha terminado. Ojo: el de las mayorías absolutas que no el de la existencia de dos fuerzas mayoritarias con estructura y fuerza para poder ser gobierno en cualquier momento. 

alcalde de almagro (Copiar)

En España no ha habido bipartidismo, siempre han existido partidos más pequeños que en muchas ocasiones han actuado de bisagra, y no me refiero solo a los de corte nacionalista, que ese es otro cantar.  Por número de afiliados, por estructuras a todos los niveles, por gente dispuesta a trabajar y por representatividad social el Partido Popular y el Partido Socialista son los representantes de la inmensa mayoría de los españoles.

Siempre he defendido que en unas elecciones, las que sean, quien debe asumir la responsabilidad de gobernar ha de ser la fuerza más votada. Es un principio básico de la Democracia. En estos días que tanto estamos oyendo hablar de pactos, de acuerdos más o menos claros, de conversaciones “sin luz ni taquígrafos” deberíamos hacer un ejercicio de responsabilidad y plantearnos: ¿Realmente queremos servir al pueblo que vota? ¿Estamos convencidos de ello? ¿Detrás de determinados pactos no se esconderán intereses personales? ¿Tenemos claro los que nos presentamos a unas elecciones que venimos a servir? ¿Tenemos asumido que debemos respetar por encima de todo la voluntad expresada en las urnas? Si las respuestas a estas preguntas fuesen afirmativas tendríamos muy claro que las listas con más votos deben gobernar y los que queden en la oposición deben ayudar, en aras del bien común, a la gobernabilidad.

Ante el nuevo tiempo que ahora se abre tenemos un gran reto: hacer uso del diálogo, del consenso. A mí no me valen los discursos que estoy oyendo estos días, los “pactos a toro pasado” ni me parecen legítimos ni los veo honestos. Ahora va a resultar que la minoría se va a imponer a la mayoría por un sillón más o un cargo menos ¡Señores, que esto no es serio! Los electores cuando votan lo hacen a un programa, a un partido, a una persona, no a las componendas que vengan después. Me da pena (por no decir asco) ver como algunos se arrastran medicando un acuerdo (a veces contra natura) con tal de sentarse en un sillón. Si se pensaba pactar eso se dice antes de las elecciones. Si se pensaba pactar yo quiero saber los términos de los acuerdos. Me parece bochornosa la actitud de Pablo Iglesias o de Alberto Rivera (lo siento, no hablo ni escribo catalán) cual chulos de salón de película del oeste imponiendo condiciones como si tuvieran mayorías políticas y sociales ¿Pero que se han creído, que pueden imponer su voluntad minoritaria al resto de la sociedad? Si el pueblo así lo hubiera querido les hubiera votado. Lo que digo: bochornoso.

Por eso defiendo que sea la lista más votada la que ejerza el gobierno. Le costará trabajo, le costara muchas horas de diálogo a lo largo de la legislatura, le costara renunciar a unas cosas, mejorar otras y aceptar otras tantas pero si todos, todos, miramos cara a cara al pueblo que nos elige estoy seguro que nuestra Democracia, nuestro Sistema saldrá enriquecido y fortalecido.  Lo he dicho en múltiples ocasiones: el que a la Política no venga con vocación de servicio que coja sus trastos y se marche a su casa.

El pasado 24 de mayo mis vecinos me han pedido que pase a la oposición y desde ahí pienso seguir trabajando por ellos. Una oposición bien entendida, en positivo y buscando los puntos de encuentro programático en vez de las desuniones. Y no pasa nada, es un papel tan digno como cualquier otro. Y me gustaría que todos se lo aplicaran y lo llevaran a la práctica. En primer lugar en la Junta de Comunidades: debería gobernar  Cospedal como candidata más votada y el Señor García-Page  no dejarse chantajear por los que siendo una minoría pretender imponernos sus ideas y postulados a toda la sociedad: eso ni es democrático ni es ético. Vamos a dejarnos de componendas y de “cambiar cromos” y vamos a ser serios ahora que estamos empezando a salir de la crisis económica. De lo contrario entraremos en una crisis moral y de valores cuyas consecuencias no me atrevo a vaticinar. Estoy seguro de que si los electores conocieran los pactos postelectorales previamente votarían de manera muy diferente. Yo soy el primero al que no le gusta que jueguen con mi voto.

Limpieza y claridad, es lo que mis compañeros y yo hemos puesto en práctica en Almagro y lo que queremos para toda nuestra sociedad. Bastante hemos tenido que aguantar con los corruptos que nos han llegado de todas partes como para ahora aguantar a los que se disfrazan de puros y corren tras una vara de mando sea como sea y al precio que sea. Lista más votada, nos perjudique o nos beneficie, y punto. Eso es la democracia.

Ante un nuevo tiempo político