viernes. 29.03.2024
OPINIÓN

Nunca tantos debieron tanto a tan pocos

Esta famosa frase de Winston Churchill me parece el mejor título para este artículo con el que quiero rendir mi particular homenaje a D. Adolfo Suarez. Muchas veces he dicho a mis hijos que España ha protagonizado en la historia reciente, una hazaña que ha sido estudiada y  admirada en todo el mundo. Esta es, el paso de una dictadura de 40 años a una democracia consolidada, que ha propiciado el periodo de mayor estabilidad y progreso de su historia.

 

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España estaba inmersa en una fuerte crisis económica, con  una  parte de su sociedad muy inmadura políticamente, acostumbrada a que todas las decisiones les vinieran impuestas por un poder superior y que no se creía capacitada para tomar sus propias decisiones. Otra parte estaba ansiosa de libertades, de derechos y quería decidir su futuro. Aparecen partidos políticos nuevos y resurgen otros viejos, de ideologías totalmente opuestas y que intentan representar a esas dos Españas que aun seguían existiendo, donde los rencores del pasado asomaron nuevamente haciendo que pareciera imposible una convivencia pacífica.

Se suceden actos terroristas que no hacen más que aumentar el clima de incertidumbre y reproches de los partidarios de unas ideologías a los de las opuestas y que hacen que desde algunos sectores de la sociedad, se demande nuevamente ese poder superior que a su juicio,  “ha mantenido a España en paz y prosperidad “.

D. Adolfo Suárez, nombrado presidente del Gobierno por S.M. D. Juan Carlos y posteriormente reelegido en las urnas, es quien dirige  y hace posible que España  pase a la democracia de esta manera tan ejemplar, y esto es posible por sus dotes de negociador,  por su enorme generosidad, por su capacidad para convencer, por su sensibilidad con toda la sociedad y por su visión de estado.

Con estas habilidades consigue contagiar a las personas que componían en ese momento el escenario político y logra que antepongan el bien común a los intereses de sus respectivos partidos e incluso a los suyos propios, en un ejercicio de generosidad extraordinario, asumiendo y firmando pactos de Estado que hacen posible la convivencia y el entendimiento,  como son los “Pactos de la Moncloa” donde se asientan las bases de la nueva política económica, que dará lugar al desarrollo económico que sin duda fue la garantía para que la democracia se afianzase en nuestro país. 

Gracias a la lucidez con que S.M. D. Juan Carlos y este grupo de políticos y dirigentes sindicales abordaron los enormes problemas que entonces tenía España, han  podido surgir las posteriores generaciones de gobernantes en nuestra joven pero madura democracia. No estaría nada mal que hoy, esta generación de “servidores públicos “se mirara en el espejo de estos hombres a los que la sociedad les debemos estos años de progreso y convivencia.

A estos hombres quiero hoy ofrecer mi personal homenaje, por conseguir que mis hijos vivan en un mundo mejor y a ellos va dedicado el título de este artículo.

Hoy he dicho a alguien que los que pasamos esos años de la transición, vivimos en tiempos de gigantes, vivimos en tiempos de Suarez. 

 

Nunca tantos debieron tanto a tan pocos