viernes. 29.03.2024
OPINIóN

A mi perro, Carbón

Negro azabache, negro brillante, tu pelo no oscurece tu nobleza, transparente y limpia, como tu amistad. Llegaste en la noche, para iluminar mis días. Rezumas ansias de vivir, como manantial en el desierto que a veces se convierte este oasis que es la vida. Tu nacimiento fue tu milagro, fuiste cigarro en un cenicero, te quisieron apagar y no pudieron, tu vida humeaba, cuando esa tapa del contenedor se cerró ante tus ojos, como eclipse de luna, ese sonido te sonó como a disparo en tu nuca, en ese momento agónico,  se abrió tu sepultura, y como ventana en la tormenta, entro el aire fresco que avivó tu fuego y aunque tu vida se escapaba, entre la basura humana de quien te tiró, te agarraste al hilo de esperanza de tu desfiladero, y no caíste al abismo negro.

perro

 

La luz entró por la cerradura del ataúd de plástico verde y prendió tu vida que se esfumaba, y allí estabas, muerto de miedo y frio, sin calor de tu madre en tu corazón helado.

Al final aunque tu vida empezó como película de miedo, terminó con final feliz, el telón se levantó de nuevo y el teatro de tu vida continuó.

Yo te ayudé a ti, tu me ayustaste y me ayudas a mi, y aunque no hablas, con tu mirada se que me das las gracias, me dice que pase lo que pase me seguirás allí donde me encuentre, me acariciaras con la cola y lamerás mis lagrimas cuando la tristeza me abrace, aún sabiendo que yo soy un humano igual que él que te quiso enterrar en vida en la inmundicia, nunca le tendrás reproche, y lo más cruel es, que eres tan noble, que lamerás su mano el día que lo encuentres, y me darás una lección de vida, otra más como cada día, y en ese momento, a los que abandonan perros, con lágrimas de ira en los ojos les gritaría, ¡quien es más humano ahora!, ¡quien es el animal! tú o ellos, mi leal perro.

A mi perro, Carbón