jueves. 28.03.2024
OPINIÓN

Si Sagasta despertara

Si don Práxedes Mateo Sagasta se asomara por un agujerillo y viese a políticos como Aznar, o Rato, o Cospedal, o Rajoy, o Esperanza Aguirre, o la propia Merkel, autollamándose liberales, seguro que diría: “Mira, mira, yo me vuelvo con San Pedro, que este mundo no hay quien lo conozca”. 

Quien fundara en el año 1880, el Partido Liberal, muerto 23 años después, observaría estupefacto como el liberalismo se ha transformado en ese engendro que hoy llamamos neoliberalismo, que no es otra cosa que un capitalismo salvaje que se ha llevado por delante toda la estructura social que empezó a construirse a partir de la Segunda Guerra Mundial.

Absorto quedaría viendo a los que en teoría deberían ser los herederos del conservadurismo, dejando a don Antonio Cánovas a la izquierda del progresismo. Es verdad, que todo movimiento ideológico cambia, se adapta a los nuevos tiempos. Pero lo que algunos han hecho con el liberalismo no es una evolución diacrónica, es una prostitución en toda regla. Es más, han aprovechado como careta, el liberalismo para introducir una estrategia especulativa que solo ha conseguido aumentar las diferencias entre norte y sur, entre ricos y pobres. Eso no es liberalismo.

Se han llevado por delante el modelo de progreso y desarrollo basado en el bienestar social. Han utilizado la coartada de que no se puede gastar más de lo que se tiene para desmantelar toda la estructura pública de prestaciones sociales. Coartada, sí. Porque no es cierto que se haya gastado más de lo que se tenía. Es totalmente falso que “se haya despilfarrado”. No. Es que los ingresos han caído como consecuencia de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Y la burbuja inmobiliaria se produjo por políticas “neoliberales” encaminadas a enriquecer el capitalismo financiero.

Esto se parece al liberalismo como un higo a una castaña. Parecido, que no igual, a lo que le ha pasado a la socialdemocracia. Bueno, a la socialdemocracia no, a los que la han aplicado. Abandonar el marxismo, para incorporarse al sistema del libre mercado, no debió significar nunca un seguidismo al mal entendido liberalismo. Los socialdemócratas nunca debieron permitir que “las pelas dominaran la política” Intervencionismo no. De acuerdo. Pero tampoco dejar que campen a sus anchas. Tampoco dejar que sean ellos los que intervengan para privatizar lo público, y así montar el negocio.

Si Sagasta despertara