jueves. 25.04.2024
OPINIóN

La tía Virginia

Hemos sustituido el aprendizaje natural de nuestros hijos, tradicionalmente expresado mediante experiencias personales dentro de una sociabilidad familiar y vecinal , con la incorporación de una nueva “figura” de la era tecnológica, mucho menos  aséptica, pero mas trascendente en su poder de influencia.

opinion

Los niños no tienen mas alternativa que el irresponsable recurso cómodo de “dejarlos horas y horas frente al televisor” como sujetos pasivos de una manipulación que va a alterar profusamente su conducta.

Hay programas televisivos, mundialmente populares, como por ejemplo Los Simpsons por su influencia en lograr estimular los comportamientos agresivos infantiles, desmotivación en los estudios, y falta de respeto a los padres, que incluso les conduce  a sustituir sus juegos infantiles y el deporte, por estar sentados pasivamente frente a la “tele” consumiendo chatarra, coca cola y patatas fritas... ( ya hay muchas investigaciones científicas constastadas al respecto ) 

La Clínica de la Habana en Cuba, verifica un gran porcentaje de casos de obesidad infantil, como consecuencia de tan fatal “costumbre” que lleva a muchos padres por la comodidad, sustituyendo su responsabilidad por la “tutela” de la bien llamada “caja boba”  ( yo la llamo Tía Virginia como figura familiar que durante muchas horas diarias se ocupa de los críos ).

Una reunión del Comité de la Judicatura del Senado en Estados Unidos llevada a cabo en octubre de 1984, el doctor Roberth K. Keeshan planteó que: “La televisión tiene una influencia nociva sobre niños y niñas , en el desarrollo de sus actitudes convertida en la principal fuerza poderosa en la generación de valores.

El peligro mayor que la televisión aporta con sus continuas escenas de violencia, crean una insensibilidad al horror que acompañan el tiempo libre de nuestros hijos, que se van familiarizando con “la normalidad” de unas conductas presentes hasta en las calles de su pueblo.

Corrupción transparentada ( como lo hace todo el mundo es de tontos no practicarla ) porque es mejor que comprar algo “tomarlo” - como hace Homero Simpson, “ porque lo importante no es el como conseguir las cosas sino obtenerlas como sea.

Dejamos a los niños 1800 horas anuales ( unas 5 diarias ) sucumbiendo al mensaje televisivo, pero el problema no es en el tiempo dedicado, sino en la ausencia de una política que impida la pobreza en sus programaciones.

Los desagradables sucesos violentos protagonizados por niños, desde asesinatos en colegios  norteamericanos, ejecuciones en conflictos armados, y acosos en nuestras escuelas ¿ no están relacionados con la influencia incontrolada de ese medio ?

Los modelos de identidad que la mayoría de las veces “vende la tele”  produce efectos tan negativos: como  ser irrespetuosos con  los padres, carencia de principios que llevándolos   a acostumbrarse a lo violento, como solución “normal” para solucionar los problemas.

Hay que comprometernos en exigir programaciones adecuadas, impulsar Escuelas de Padres, actividades creativas y combatir los hábitos pasivos de unas vidas sedentarias tempranas, sustituyéndolas por  alternativas que compartan la vida familiar: senderismo, campismo, cocina, manualidades...

La tía Virginia