viernes. 29.03.2024
Opinión

La UE y las grandes organizaciones supranacionales

La noción de ciudadanía europea aún es difusa, los ciudadanos de la Europa comunitaria aún somos, para lo bueno y para lo malo, englobados, encasillados, en nuestros respectivos Estados, así, se habla de italianos, franceses, búlgaros o eslovenos…, pero pocas veces de europeos, de pueblo europeo como unidad nacional y cultural. 

union europea gesprodat (Copiar)

Los Estados o Estados-nación de Europa son hoy la célula básica de clasificación político-territorial a nivel mundial, es la estructura estatal la que se configura como sujeto soberano, por debajo únicamente hay divisiones internas o regionalizaciones y a un nivel superior asociaciones, uniones de Estados de forma más o menos voluntaria y que buscan un interés o unos objetivos comunes. Esa es la realidad por mucho que se hable del auge de los nacionalismos, de la “Europa de las naciones”, o de la globalización mundial. 

En la Grecia clásica – aquella gran cultura a la que Occidente debe tanto, principalmente la democracia – este esquema se correspondía con la polis y las ligas. La polis o ciudad-estado era considerada el marco político perfecto, y en caso de necesidad, normalmente militar, aparecían ligas compuestas por varias de ellas, aunque siempre había una polis dentro de estas ligas que actuaba como líder. La existencia de estas ligas era efímera, disolviéndose normalmente cuando el fin para el que habían nacido dejaba de ser importante, o bien cuando una de las polis actuaba con demasiado “protagonismo” y había peligro de que se tendiera a pasar de una unión voluntaria a una hegemonía imperialista, la Atenas de Pericles y la Liga de Delos es prueba de ello. En el mundo actual, Occidente ha importado o ha impuesto a todo el globo su modelo político, heredado del mundo clásico, las polis-estado actuales cuentan con una organización más o menos parecida, unas más democráticas otras menos, unas “más Atenas” y “otras más Esparta”, pero ¿Cuáles son las “ligas” actuales?

Nunca antes en la Historia habían existido tantas organizaciones internacionales como las que hay ahora, todas bajo el paraguas de la mayor y más importante de todas ellas: las Naciones Unidas, que se define como gobierno global cuyos objetivos son la cooperación mundial. Existen organizaciones de tipo cultural, comprendiendo naciones con un pasado y una cultura común, como es el caso de la Liga Árabe, muchas de ellas no responden sino al interés de antiguas metrópolis coloniales en seguir manteniendo lazos con sus ex colonias, el ejemplo por antonomasia es la Commonwealth o Comunidad Británica de Naciones que engloba a la mayor parte de los países anglófonos; otros ejemplos similares serían la Organización Internacional de la Francofonía, la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa o la Comunidad de Estados Independientes (CEI), España en este aspecto no ha sabido aprovechar su potencial, la Organización de Estados Iberoamericanos es una mera cumbre anual de jefes de Estado y de gobierno. Dentro de las organizaciones de tipo regional cabría destacar la Unión Africana y la Organización de Estados Americanos. En el plano económico se habla de Bloques Comerciales que buscan la unión aduanera e incluso la monetaria, es el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Mercosur en América del Sur, la Asociación de Naciones del Sureste Asiático o incluso la OPEP u Organización de Países Exportadores de Petróleo.

La Unión Europea comenzó también como un Bloque Económico, el Mercado Común, modelo hoy para países que buscan una integración económica en otros lugares del planeta; pero cuenta también con una base cultural común; es de carácter regional, y en las últimas décadas más aún que ha roto las barreras que suponían la existencia de “dos Europas”, y tiende hacia una mayor cooperación y unión política, por tanto podríamos decir que se trata de una unión a todos los niveles. 

La UE y las grandes organizaciones supranacionales