Da igual. El caso es que la gente se descargó en masa para vivir una noche festiva. El fresco, que fue aumentando a medida que pasaban las horas, sólo fue un enemigo parcial. La gente se las apañó para mantenerse en pie de guerra hasta más allá de las 3 de la madrugada.
Tras la ofrenda de flores a la Patrona y los concursos gastronómicos llegó la música. A eso de las 22,40 salió al escenario Pilar Valero Barral, conocida artísticamente como ‘Calaita’. Exponente del tecno-rumba o flamenco-pop español, la ex del grupo Calaitos interpretó lo mejor de su repertorio. Se afanó por entrar en el corazón del público con canciones de antes y de ahora, mezclado con ánimo y muchos guiños de complicidad.
Calaita fue la actuación estelar de la noche, pero no le fue a la zaga la irrupción de la orquesta Sonital, que no tardó mucho en ganarse la confianza y atención de la concurrencia. Colección versátil de estilos la que exhibió Sonital, con un gran despliegue de luz y sonido. Clodoaldo Peña volvió a poner, no sólo la voz, sino también la parte de showman que necesita una verbena de esta naturaleza para enganchar primero, y no desenganchar después, al público.
