viernes. 26.04.2024
PROVINCIA

Ana y Mariví: “Al campo hay que volver a llamarle la tierra porque lo femenino tiene otra sensibilidad”

Hace cuatro años dos vecinas de Moral de Calatrava, Ana y Mariví, decidieron montar su propio negocio, un huerto de Agroecología, es decir, cultivar productos de forma natural, sana y segura, como antiguamente hacían nuestros abuelos. Así nació ECOMORAL, una empresa de productos agroecológicos que ha conseguido que muchos grupos de consumo les compren a ellas y que otros se formen. En calatravadigital las hemos entrevistado y hemos descubierto una nueva forma de comer y vivir sanamente.

¿Cómo surge esta idea de crear una empresa de estas características?

Ana: Nuestros maridos se quedaron en el paro y nosotras también, entonces decidimos alquilar un huerto para cultivar y para consumo propio. Con la ayuda familiar que nos dieron comenzamos este proyecto que ya dura cuatro años. Tenemos este huerto y otro en los terrenos de las monjas. Queremos alquilar uno de aquí al lado, pero de momento no es viable, para hacer una granja con animales y que los niños de los colegios vengan y  los conozcan. Hay que hacer conciencia desde la infancia.

¿Pero no teníais ni idea de cómo se cultivaba un huerto?

Ana: Que va, aprendimos a base de hablar con nuestros mayores, familiares y hombres de aquí de Moral que fueron hortelanos y nos han enseñado mucho. Después hemos hecho cursos y demás, pero al principio fue todo enseñanzas a la antigua usanza, y las seguimos manteniendo. Por eso, un tomate, sabe a tomate en nuestra huerta.

Vosotras que estáis todos los días en el huerto ¿notáis el famoso cambio climático?

Mariví: La tierra lo nota y nosotras también porque cultivamos hortalizas de temporada. Cuando en una época nace un producto que no es de ese tiempo, es cuando lo notas. Por ejemplo, no es tiempo de alcachofas y mira hay sitios en los que está naciendo alguna. Eso no es bueno.

¿Por qué hay que llamar al campo, tierra?

Ana: Al campo hay que volver a llamarle la tierra, porque lo femenino tiene otro tipo de sensibilidad y la mujer tiene que volver de nuevo a la tierra, con un papel más presente. La mano verde la lleva la mujer por naturaleza, somos madres.

Mariví: Cuando sembramos y vemos como crece nuestra hortaliza, como nace la primera flor y recoges sus frutos, es como cuando tienes un hijo y lo ves crecer, lo cuidas, lo mimas. El primer año grabamos un vídeo de los tres primeros pepinos.

¿Cómo despertáis a la conciencia ecológica?

Ana: Con los grupos de consumo que se pusieron en contacto con nosotras. A  partir de ahí decidimos vender. Se juntaban un grupo de amigos que practicaban la soberanía alimentaria y se enteraron que habíamos echado una huerta, el apoyo ha sido mutuo y los grupos crecieron y nosotras también. Vamos juntos, nos nutrimos unos de otros.

¿Cómo funcionan estos grupos?

Ana: La gente a través de su grupo adquiere cestas con productos de temporada y están aprendiendo con nosotras a comer, a no comprar congelados, a saber qué productos son de cada temporada, por ejemplo, ahora viene la de la judía verde y nos las piden hasta que termina la temporada, incluso las congelan.

Mariví: Antes nuestros abuelos cultivaban productos de temporada y para tener en invierno lo que hacían era embotellar. La sociedad de consumo nos ha cambiado y ahora tomamos tomate en enero cuando no es su época, la naturaleza no te lo da en ese tiempo. Más ecológicos que nuestros abuelos no hay nadie. Los grupos con los que trabajamos están en Valdepeñas, Ciudad Real, Daimiel, Villarrubia, Campo de Criptana y Alcázar. Dentro de los grupos lo ideal es que te pidan todas las semanas, pero hay quién te pide una vez al mes.

¿Qué tipo de semillas utilizáis?

Ana: Semillas que no tienen nada químico, son semillas antiguas que nosotros recuperamos, hablamos con los hombres mayores que nos han enseñado a sacarlas y siempre con el apoyo de los grupos de consumo. La semilla antigua garantiza la soberanía del agricultor. Además, en estos grupos suele haber expertos en tierra, ingenieros agrónomos, y cuando tenemos algún problema les llamamos y nos aconsejan, pero eso sí, siempre de forma natural, sin pesticidas. Cuando viene un bicho y se lleva la planta, pues hasta aquí ha llegado la temporada. A los pulgones, se los comen las mariquitas y nosotras a estos insectos los cuidamos mucho. Las rotaciones ayudan a que no haya bichos.

¿Qué son las rotaciones?

Ana: Pues donde tú has sembrado un pimiento, en esa calle no se cultivará de nuevo hasta dentro de cinco años. Y eso ayuda a que la tierra se recupere.

¿Sois ecológicas?

Ana: Somos Agroecológicas, detrás de esto hay más cosas, además de comida sana, están los valores como el respeto por la salud, las personas. Los productos ecológicos en muchos casos se han convertido en una industria en la que te dicen que son naturales, pero si la planta tiene bicho y le echan herbicidas, eso no es ecológico. Lo nuestro es de la tierra a la mesa con semillas antiguas y sin pesticidas.

¿Qué os aporta este trabajo?

Ana: Pues recuperas hasta amistades y ganas nuevas. Aquello de “vete a la tienda de la esquina y dile que mañana te paga mi madre”, pues eso. Esto no es un supermercado, el que quiere una cesta sabe que tiene que encargarla con productos de temporada. La gente cuando viene a comprar una cesta o la encarga, le encanta, lo vive y pienso que salen de la rutina. De vez en cuando hacemos un encuentro con nuestros grupos de consumo y hemos llegado a tener más de 200 personas, entre los que ya llevan tiempo y los que se van añadiendo, esto va creciendo.

¿Tenéis gallinas?

Mariví: Sí, es un proyecto de los grupos de consumo de La Alegría de la Huerta y el de Daimiel. Tenemos unas 60 gallinas y 12 gallos. Cogemos al día más de 30 huevos, a veces más. Estamos criando pollos. Vendemos según dan las gallinas, medias o docenas, según haya o no. Son gallinas castellanas y el proyecto se llama así.

¿Cuánto cuestan vuestras cestas?

Ana: La básica 10 euros y la grande 15 euros. Los pedidos los repartimos nosotras semanal o quincenalmente, depende de lo que digan los grupos de consumo. Vamos a donde nos dicen y allí la gente recoge sus cestas. Lo cogen con una alegría muy grande, además en la cesta de verduras también va su docena o media de huevos. Ahora estamos recuperando la zanahoria panocha, aquella que era de color amarillo y que echaban nuestras madres en vinagre o se comían normalmente. También estamos sembrando la cebolla de Albacete que es como si fuera una cabeza de ajos y sin embargo es cebolla.

Para contactar con Ana y Mariví el teléfono es: 638 90 95 77

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