viernes. 19.04.2024

El municipio de Brazatortas se pregunta dónde quedaron los 5,8 millones de euros que iba a invertir la Diputación de Ciudad Real en el, hoy por hoy, cada día más imperioso arreglo de la carretera provincial CR-5021 hasta Cabezarrubias del Puerto, abandonada a su suerte desde hace lustros y con evidentes riesgos para sus usuarios. El presupuesto, según se había reiterado, estaba asignado hasta antes de las elecciones de 2015.

El alcalde Pablo Toledano, en marzo de aquel año, recibía la visita del entonces presidente de la Corporación provincial y su vicepresidente de Infraestructuras, Nemesio de Lara y José Luis Cabezas, quienes no dudaron en afirmar sobre la calzada en cuestión, que la partida estaba ya consignada para la licitación. Pero la Diputación que emanó de las elecciones de mayo hicieron “dormir el sueño de los justos” a estos planes.

Si ya por entonces la actuación empezaba a urgir, lo cierto es que casi tres años después de esa visita, adentrarse por este itinerario que debiera articular una comunicación normalizada en el seno de una importante zona de la comarca del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, es quedar prácticamente condenado a la temeridad.

“La situación de esta vía es el ejemplo más humillante de toda ignominia política y de la vergüenza que debieran sentir esos gestores que se jactan de encabezar con su acción una de las administraciones más saneadas del país, con un superávit que no entendemos para qué sirve y, mucho menos, que presuman de ello”, apunta el regidor.

Deficiencias de “juzgado de guardia”

El sentir en el municipio torteño, análogo al de Cabezarrubias, es quedar abandonado a su suerte, cual Lejano Oeste, con una carretera que parece un camino de los años 50 del pasado siglo. Y es que el pretendido firme presenta a lo largo de sus 14 kilómetros unas “deficiencias de juzgado de guardia”, con un “agotamiento estructural de la capacidad de la vía evidente, agotamiento de la vida útil del firme y con el característico aspecto de piel de cocodrilo, ancho de la calzada insuficiente para la circulación e inexistencia de arcenes”.

De manera que, como abunda el alcalde, “ya no admite más chapuzas de parcheados con riego asfaltico ni presuntas reparaciones con asfalto en frío, sino una superficie de rodadura completamente nueva”.

Y es que, tal y como recoge la Instrucción de Carreteras Norma 6.3 IC del Ministerio de Fomento, la carretera CR-5021 “reúne todos los requisitos para que hace años se hubieran realizado trabajos de rehabilitación o renovación”.

Es decir, agotamiento del pavimento que presenta deficiencias que afectan a la seguridad de la circulación, a la comodidad del usuario; pavimento deslizante por pulimento o por falta de macrotextura; pavimento deformado longitudinalmente y transversalmente, con una regularidad superficial inadecuada; y pavimento fisurado, descarnado y en proceso de desintegración superficial.

A eso se suma la nula existencia de cunetas en diferentes tramos, que en otros están tapadas por tierra vegetal y presentando en general una muy escasa estabilidad. Todo ello causaba tiempo atrás el accidente de un camión que se acercó al límite de la vía, hundió sus ruedas en la disimulada cuneta y quedó semivolcado.

Y por si ello fuera poco, la invasión de masa vegetal en no pocas zonas, entre olivos y matorrales, provoca el incumplimiento de la anchura mínima de la calzada que, según la Ley General de Carreteras, debe de ser de no menos de cinco metros. De hecho, recalca Toledano, “es imposible el cruce de dos vehículos pesados en un mismo punto” y en determinadas curvas, hay una peligrosa falta de visibilidad como la que deja atrás la antigua piscina ‘Hawai’.

La falta de señalización adecuada que advierta del tránsito de ganado en una zona de importante asentamiento de explotaciones agropecuarias, puesto que las señales verticales existentes están oxidadas y deterioradas dificultando su visionado y, especialmente la nula indicación en el cordel del Puerto Suelta que la atraviesa, son otros de los achaques a lo largo de esta carretera.

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“Para quienes vivimos en este territorio, que realmente sabemos lo que es luchar por el mundo rural in situ y de sol a sol, esta carretera es fundamental en la economía del Valle de Alcudia”. El tránsito continuo de trabajadores, de camiones de reparto de pienso, pacas de paja, abonos, transporte de ganado o su influencia en el turismo son, según el primer edil torteño, “argumentos más que sobrados” para arreglar, “ya”, esta carretera.

Y en el tramo urbano de esta vía en Brazatortas, “los ‘cunetones’ que están en uno de sus laterales, cercano al colegio y a la Residencia de Mayores, suponen un riesgo para los niños y para los usuarios del centro residencial”, denuncia también el regidor, para quien “es inconcebible su existencia y deberían estar soterrados”.

14 años de reuniones y promesas incumplidas

Pablo Toledano, que preside el municipio torteño de manera continuada como alcalde desde el año 2003, ha mantenido no pocas reuniones con responsables políticos de la Diputación Provincial en los últimos 14 años para dar una solución definitiva a esta infraestructura.

Contactos que “después de la elaboración de tres proyectos reformados, condujeron al anuncio en ruedas de prensa y a la visita del presidente Nemesio de Lara y el vicepresidente de Obras José Luis Cabezas, anunciando que estaban incluidas en el presupuesto de licitación para 2015”.

Sin embargo, como lamentablemente constata el primer edil de Brazatortas, “el nuevo presidente no solo no respetó aquellas decisiones, sino que hizo una modificación presupuestaria y, además, en el nuevo Plan Cuatrienal esta carretera dejó de estar la primera en la lista y la dejó como última, sabiendo que así en esta legislatura no se ejecutarían las obras”.

Estas enérgicas palabras del alcalde torteño llegan tras las infructuosas gestiones que “con muy buena voluntad” ha venido realizando para que el actual presidente le conceda una entrevista en la que abordar este tema enquistado y otros temas de interés para la población. Las peticiones las ha realizado tanto por escrito como verbalmente, “cuando he coincidido con él en diferentes actos” y telefónicamente con su secretaria.

Sin embargo, lamentablemente, “aún no hemos tenido respuesta” por lo que Toledano Dorado considera acertado decir que el actual presidente de la Diputación “por razones que desconocemos, está cebando su sectarismo político con mi pueblo y el de Cabezarrubias del Puerto, que únicamente tenemos en común tener un distinto color político respecto al suyo, porque así lo han querido los vecinos y tengo que recordarle que los cargos públicos se deben a todos ciudadanos”.

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