Una amplia representación de las directivas de las hermandades y cofradías de la localidad marchaba delante del estandarte de lujo, que era acompañado por dos faroles a los lados.
Las Juntas Directivas de las cofradías de la Virgen de Peñarroya, tanto de La Solana como la de Argamasilla de Alba, así como la de la Virgen de las Viñas de Tomelloso, junto al capitán de este año José Antonio Fernández, además de mujeres ataviadas con la mantilla española, marchaban delante de la carroza de la Virgen, que nuevamente desfiló resguardada a ambos lados por los alabarderos.
La Patrona desfiló con el manto blanco y la corona real, adornada con numerosas flores blancas, marchando detrás el clero de Santa Catalina y el párroco de Argamasilla de Alba, a los que seguían las autoridades civiles, con los alcalde de La Solana, Luis Díaz Cacho, el de Argamasilla de Alba, Pedro Andrés Jiménez, el presidente de la Diputación de Ciudad Real Nemesio de Lara y concejales de la Corporación solanera, cerrando el desfile la banda de la cofradía de Jesús Rescatado de La Solana.
Al llegar la procesión al pórtico de Santa Catalina, en la Plaza Mayor, era el párroco de esa Iglesia Benjamín Rey, el que pronunciaba la homilía final del novenario, animado a los fieles a seguir visitando a la Patrona ahora que se subirá al camarín hasta su marcha en el mes de enero.
Posteriormente dentro del templo se cantaba primero la Salve y posteriormente el Himno a la Virgen, con el acompañamiento de la Banda Municipal.