La institución provincial ha invertido 2’4 millones de euros en la obra de ensanche y refuerzo del firme, que han afectado a 14’5 kilómetros, puesto que se ha incorporado a la actuación el arreglo de las travesías de ambas poblaciones.
Tanto De Lara como Valverde y González han podido comprobar los buenos resultados obtenidos en beneficio de los ciudadanos de ambas poblaciones y de los conductores de la comarca. Lo más destacable, en este sentido, es que permite, sobre todo a Bolaños y el resto de pueblos próximos, un rápida conexión con la A-43. En concreto, Miguel Ángel Valverde ha indicado que tardan en llegar a la capital poco más de veinte minutos, mientras que Teresa González ha explicado que el tramo comprendido entre Torralba y la Pradera de San Isidro es muy utilizado por los vecinos y vecinas de su pueblo.
El presidente de la Diputación ha precisado, entre otras cosas, que, aunque la prioridad en la gestión de la institución provincial es la creación de empleo y el apoyo a las personas que más lo necesitan, se siguen desarrollando actuaciones como el arreglo de la carretera CR-5111. Ha comentado, en este sentido, que en los dos últimos años a Bolaños han llegado 500.000 euros y a Torralba 200.000 para que sus respectivos ayuntamientos den trabajo a los parados.
De todos modos, ha querido dejar claro que, aunque se han tenido que destinar recursos para ayudar a quienes más están sufriendo los efectos de la crisis, también se están llevando a cabo obras en carreteras. No en vano, atendiendo a las cifras que ha facilitado De Lara, desde 2010 la Diputación ha invertido 45 millones de euros en arreglo de carreteras en el territorio ciudadrealeño.
Según los datos facilitados por los técnicos que han dirigido la obra, se ha logrado más seguridad y comodidad para los conductores. Han añadido que el trazado se ha mantenido para alcanzar una velocidad de 90 kilómetros por hora, a excepción de la travesía de la Pradera de San Isidro, dentro del término municipal de Torralba de Calatrava, situado en el punto kilométrico 4’000, y la curva que hay en kilometro 9’7.
Se ha actuado sobre un ancho de calzada de 8,5 metros en todo el trazado y la carretera dispone de dos carriles de 3 metros de ancho y un arcén a cada lado de 1,25 metros, con la idea de favorecer el tráfico agrícola que transcurre por esta vía y es notable en algunos tramos. El firme se asienta sobre dos capas de aglomerado, con una base de 5 centímetros y otra de rodadura de 4 centímetros.
Completan las obras la restitución de los accesos existentes en la vía, la reposición de los servicios afectados, la señalización horizontal y vertical, el balizamiento y la restauración ambiental basada en la recuperación de taludes de desmonte y terraplén.
