martes. 23.04.2024

Cree que e intenso calor de este verano ha evitado un desarrollo correcto de la uva, especialmente por la noche. “La planta se ha estresado con noches tan calurosas y frenó la maduración”. Eso acarrea un desequilibrio entre la acidez y el PH. Menos mal –añadía- que las últimas semanas están siendo más frescas y el fruto está cogiendo grado de un día para otro. “Empezamos con 9,5 grados y ahora estamos en 11,20”. El precio en la tablilla de su bodega oscila entre las 2,20 pesetas para la blanca y las 2,50 para la tinta, más dos de porte en ambos casos.

En cuanto a la cantidad, calcula una caída del 15 por ciento respecto al año pasado, aunque matiza que según qué zonas. Esta reducción no es problemática, sino más bien lo contrario, teniendo en cuenta el excedente de producción de los últimos años, agravado con la masiva plantación de espalderas. “En Castilla-La Mancha ya tenemos un 30 o 35 por ciento de espalderas”. Aunque a corto plazo no teme una repetición de la brutal cosecha de hace dos años, sí está convencido de que tarde o temprano se repetirá, con los problemas añadidos que conllevará.

Aunque no tiene intereses allí, ya que produce vino con DO La Mancha, Santiago Romero de Ávila se muestra crítico con las protestas habidas en la DO Valdepeñas. “No entiendo que haya piquetes en las bodegas para evitar que lleven uva”. Considera que prima la ley de la oferta y la demanda y que las bodegas no son culpables de la ausencia de cooperativas.

En cualquier caso, es claramente partidario de trasegar la uva según su nivel de calidad. “Es lógico que un producto se pague por su calidad, como ocurre en todos los sectores”. No es lo mismo un kilo de oro que uno de bronce, aunque pese lo mismo. En este sentido, confía en la capacidad de mediación de la consejería de Agricultura. Dice conocer bien al nuevo consejero, su paisano Francisco Martínez Arroyo, con el que incluso le une un vínculo familiar. “Conozco bien a Paco y lo bueno que tiene es que además de ser político es técnico; conoce el sector y sabe de lo que habla”.

 

Una cosecha buena, pero no de excelente calidad en La Solana