No corren buenos tiempos para el voluntariado de Cruz Roja en La Solana, al menos si lo comparamos con no muchos años atrás. La veterana institución, cuya Asamblea Local tiene ya 27 años de historia desde su refundación, mantiene un alto ritmo de actividad a pesar de la carestía de voluntarios.
Lo importante es que los que hay, no se cansan. Además de multiplicarse para cubrir infinidad de iniciativas, no cejan en su empeño de buscar adeptos. Este jueves, dos voluntarios y dos voluntarias montaron un tenderete en la Plaza Mayor a fin de captar nuevos voluntarios y, por supuesto, seguir informando y concienciando sobre asuntos sensibles, por ejemplo el medio ambiente.
Según explicó el secretario local, Juan Ángel Palomera, prepararon talleres para los más pequeños, sabiendo que donde hay niños hay padres. “Queremos que los padres nos conozcan mientras los niños se divierten”. También repartieron bolsas de ahorro doméstico y folletos informativos.
En la actualidad son una quincena de voluntarios jóvenes. El resto son personas mayores que ayudan en otros menesteres. “Hace falta mucha más gente y sobre todo que esté comprometida”, decía Palomera.
A pesar de los esfuerzos por llegar a todo, hay cosas que es imposible mantener, por ejemplo la escuela de verano para familias desfavorecidas, que tanto éxito tuvo hace algunos años. El referente local de medio ambiente, Juan Parra, espera al menos poder llevar a cabo una campaña de apoyo escolar a partir de octubre y para todo el curso. Parra lamenta que la gente joven se preocupe más de vivir en su pequeño mundo virtual, rodeados de tecnología y redes sociales, antes de vivir la grandeza espiritual de ser voluntario.
