El Centro de Salud de La Solana ha recibido esta semana la visita del equipo de extracciones de Ciudad Real, que ha vuelto a llevarse un buen cargamento de plasma para los bancos de sangre de nuestros hospitales. Una reserva imprescindible.
Gente de toda edad y condición se echó en la camilla para donar, previa entrevista para que todo estuviera en orden. “La mayoría son aptos, pero algunos tienen que ser rechazados por desgracia”, decía el doctor Manuel Ruíz, jefe del equipo. Tensión alta o baja, hemoglobina inadecuada, poco peso… “tenemos que seguir un protocolo y al que rechazamos le da rabia no poder donar, pero es así”. Sin embargo, la mayor parte son derivados al box de donación.
Muchos son veteranos, como Basilio, que lleva 16 años donando, “la primera vez fue en la mili casi por obligación, y desde entonces no he fallado”. Dice sentirse bien cada vez que viene, “es un pinchazo que dura cinco minutos y te vas a casa contento sabiendo que puedes ayudar a mucha gente”. Otros llegan por primera vez, como José Luis, que nos atendió mientras se comía el bocata nada más levantarse de la camilla, “ha ido bien, no he notado nada raro”. No ocultó que llegó con algo de miedo, pero su hermano Miguel Ángel, todo un veterano, le ayudó, “él me ha animado mucho”. Afirmó quedar convidado, “por supuesto, al final es media hora de tu tiempo que puede salvar vidas”.
El doctor Ruíz destaca la gran solidaridad de la gente de la zona, “La Solana es un pueblo especialmente altruista cada vez que venimos”. Por fortuna, los bancos de sangre surten de plasma a la demanda actual, “el verano es más sensible por el tema de los accidentes y de momento no nos ha faltado sangre”. Mejor así.
