miércoles. 24.04.2024

‘Los niños y la educación emocional’ ha sido el tema abordado por la psicóloga Ascensión Mañas, dentro del interesantísimo ciclo que el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Almodóvar del Campo viene desarrollando, con el fin de que progenitores e hijos mantengan una convivencia lo más alejada posible de tensiones cotidianas y sirva para que los menores adquieran virtudes personales que sean de provecho en su desarrollo.

Esta charla desarrollada el Centro Cultural ‘Casa de la Marquesa’, buscaba la reflexión sobre la complicada vorágine de las emociones y su control constructivo. “Todo niño nace con emociones, sin embargo no venimos al mundo sabiendo modularlas y controlarlas y para ello es preciso conocerlas”, señalaba la especialista.

Fundamental es que el adulto sepa ayudar a sus hijos a tener ese control, y para ello debe conocer y ser capaz de modular las suyas propias. Por eso, insiste Mañas, “es muy importante estar tranquilo, sin nervios, porque si por ejemplo le dices gritando ‘¡No grites!’, o le das un cachete a la par que le dices que ‘No peques a tu hermano’ nos estamos contradiciendo y al final lo que el niño copia es la acción”.

Hay momentos, continúa Mañas, donde hay los adultos que tienen tensión acumulada, y hay que darle al niño una indicación de forma fructífera. En estas situaciones, hay que “pararse, pensar en la situación y tomar unos instantes de respiro porque no se puede corregir nunca una conducta desde la alteración”. Dado que es complicado romper círculos así, la experta asegura que solamente la práctica hará que ese objetivo se consiga.

Para lograr el autocontrol, la psicóloga insta a conocer qué detonadores pueden alterarnos en un momento dado, ya sea una palabra, un lugar, una persona o una situación. “Para eso se hace necesario observar los rasgos que caracterizan las emociones y, por ejemplo, en el caso de un hijo en edad adolescente que muestra ira, para saber la causa no se debe preguntar de manera directa, sino a través de fórmulas adecuadas para indagarlo, entre otras cosas porque no reconocerá fácilmente qué le motiva ese estado”.

Aquí “el afecto” juega un papel decisivo para que “entienda que realmente nos importa”. Serán claves preguntas indirectas como, ‘te noto raro, ¿ha pasado algo?’. Mañas indicaba que “No debe darnos vergüenza mostrarle nuestros sentimientos como vía para que vuelvan a sentirse copartícipes en la familia”, y  señala que “gestionar las emociones no es anularlas, sino hacer que fluyan para analizar luego qué las ha provocado y sus consecuencias”.

La especialista entregó a los asistentes un rastreador de emociones, que son preguntas que ayudan a analizar el problema y determinar con ello los recursos adecuados para tomar las decisiones oportunas, con la finalidad de facilitar pautas a seguir por los adultos. A modo de ficha, se hace constar el lugar donde surgió el conflicto del menor, qué sucedió, quién lo causó, que reacción tuvo para nuestro hijo, qué impresiones tiene para él su modo de proceder y cómo podría evitarlo en el futuro.

Una recomendación que hace Mañas, refiriéndose a la modulación de emociones en el seno familiar, es analizar si la acción del pequeño es algo que debe ser corregido o si se puede dejar pasar. “Hay veces que necesitamos aprender a ignorar esos comportamientos que no son importantes o no son peligrosos”, explica.

Respecto a las pataletas de los pequeños, la especialista señala que es preferible esperar a que se le pase, debido a que es estéril, en esos momentos intentar razonar con él y cuando se haya pasado podremos indicarle que podemos ayudarle a gestionar estas situaciones. Muy importante es “no ceder nunca a lo que motiva este tipo de crisis, porque si lo hacemos aprenden esa fórmula para conseguir lo que quieren y si, en cambio, ven que no consiguen lo que pretenden, al final cambiarán de estrategia”.

Ascensión Mañas  destaca la importancia de que el pequeño sepa pedir perdón,  “porque eso les hace valorar lo que es la humildad que, a su vez, es clave para propiciar la empatía”. Y recomienda que, a la hora de ir a dormir, se les acompañe un ratito en la cama, contándoles un cuento si son  pequeños o, a los de más edad, preguntándoles  acerca de cómo les ha ido el día.

Los logros de alcanzar una educación emocional exitosa implican, según dijo, tener una conciencia emocional capaz de regular emociones y controlar nuestros propios estados anímicos; estimular la automotivación dejando a un lado los nervios; y empatizar hasta el punto de ser capaces de gestionar mejor las relaciones con los demás.

Con la charla que se ha programado para el próximo día 7 de junio, en torno a la ‘Resolución de conflictos’ concluirá el presente ciclo que, en palabras de la titular de la Concejalía de Bienestar Social’, Lidia Paz Viñas, “nos está viniendo muy bien a quienes hoy en día estamos criando y educando a nuestros hijos pequeños, porque siempre es bueno tener presentes unos referentes de profesionales que nos ayudan a intentar hacerlo de la mejor manera, que no siempre es fácil”.

La educación emocional de los hijos fue el tema de la penúltima charla promovida por el...