Se ha convertido en tradicional cuando llegan estas fechas. El mercadillo misionero ya forma parte del calendario de diciembre desde hace nueve años con el objetivo de colectar dinero para los más necesitados en el mundo. Los puestos resultan de lo más variopinto gracias a la colaboración de muchas personas anónimas que ayudan con la aportación de cualquier cosa que pueda ser vendida. Dulces caseros variados, manualidades, jabones naturales, muñecas, bufandas, cuadros, e incluso artículos de segunda mano en perfectas condiciones. Cualquier cosa vale para aumentar la recaudación.
Los puestos se instalaron en los bajos del Ayuntamiento, gracias al trabajo totalmente altruista del grupo de Animación Misionera. Juani Torrijos y María Jesús Romero de Ávila fueron dos de las voluntarias que estuvieron vendiendo artículos del mercadillo, destacando también el trabajo de sus compañeras y de otra mucha gente que también aportó su granito de arena. Desde un euro en adelante, y siempre con precios muy populares, fueron dando salida a todas las donaciones recibidas hasta sumar 3.120, 28 euros. Un dinero que enviarán directamente a la Delegación Diocesana de Misiones que será quien lo reparta en función de las necesidades de los misioneros, destinando una pequeña parte para un proyecto que se llevará a cabo en Guatemala.
Esta cantidad se sumará a la recaudación del pasado Festival Misionero recientemente celebrado, arrojando un montante total de 5.172 euros, según el Grupo de Animación Misionera, agradeciendo a todas aquellas personas que han colaborado en esta nueva cita solidaria.