miércoles. 24.04.2024
PROVINCIA

El obispo apela al entendimiento de las instituciones en la inauguración de la Casa de la Iglesia

El obispo de la diócesis, Antonio Algora, inauguró oficialmente las obras de restauración de la Casa de la Iglesia de La Solana, que ha sufrido una importante reforma y ha sacado a la luz y rehabilitado los sótanos y la cripta. Coincidiendo con su visita pastoral a la localidad, el prelado estrenó el remozado edificio junto al clero local, las autoridades y bastante público que asistió como testigo del momento.

Después de descubrir una placa conmemorativa y de leer una oración en el patio principal, el obispo pronunció unas palabras en las que destacó la buena sintonía que ha habido entre la parroquia de Santa Catalina y el Ayuntamiento, que acometió en su día buena parte de las mejoras a cambio de instalar de manera provisional la Escuela de Música. Por ahí comenzó su discurso Antonio Algora, destacando que “el entendimiento entre las instituciones de la sociedad siempre trae buenas cosas al bien común”.

Juan XXIII, un papa “rojeras”

A continuación rememoró los 50 años desde el Concilio Vaticano II, que considera clave en el proceso de renovación de la Iglesia gracias a la iniciativa del papa Juan XXIII, al que calificó como “un poco rojeras”. Algora cree que aquel cónclave “ha dado muchos bienes a la Iglesia, uno de ellos la participación de todos”. Defendió la independencia de la Iglesia “en su conjunto” en este medio siglo “aunque algunos quieran ver otra cosa, no ha apostado por una política o sindicalidad concreta”.

Por último, apeló al humanismo cristiano y sus cinco bases principales: la dignidad de la persona, la solidaridad, la subsidiariedad, la participación y el grupo social. Considera que un claro ejemplo es esta obra de reforma que inauguraba y que demuestra el trabajo en equipo de toda la comunidad. Eso sí, advirtió que no le gustan las placas, en referencia a la que había descubierto minutos antes “cuando vas al Vaticano y ves un cartel que pone ‘construido por San Pío V’, piensas que en realidad lo han construido los albañiles y toda la gente que ha colaborado”.

El párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, también se dirigió a todos para congratularse por este momento, que culmina un trabajo arduo y costoso en el que ha participado mucha gente, amén del Ayuntamiento, dando las gracias al anterior alcalde y al actual por su compromiso con el patrimonio. El párroco dijo que esta obra era “un sueño, una necesidad y un pequeño milagro”.

Un edificio amplio y bien equipado

La reforma de la vieja casona palaciega que alberga la Casa de la Iglesia ha dejado al descubierto unos viejos sótanos, que han sido completamente rehabilitados. El sótano del patio principal se llama “Rincones de la Oración”, y consta de la galería del silencio, la gruta de la encarnación, la cueva del poco y la cripta del Resucitado. El sótano del patio posterior ha sido bautizado como “Los talleres”.

En la planta baja se ha restaurado el patio, con piso, pintura e iluminación completamente nuevos. En su perímetro se sitúan los despachos, la sede de Cáritas, y las aulas Santo Tomás de Villanueva, San Juan de Ávila y Beato Pedro, además de aseos.

Y en la primera planta están las aulas Santo Domingo de Guzmán, Santa Teresa de Jesús, Vicente Ordanza, Fray Tomás de la Virgen, San Miguel de los Santos y San Juan Bautista de la Concepción, además de las aulas vicencianas dedicadas a San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, el Oratorio Alto, un salón múltiple y una sala de recursos. El centro del patio central, en la planta baja, está adornado con la alegoría de los panes y los peces.

 

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