Torrijos comenzó señalando que el duelo es algo que aparece cuando se pierde a un ser querido y esa pérdida provoca un cambio en la vida de la persona, señalando que todo cambio lleva consigo una adaptación y añadiendo que en ese proceso la persona afectada tiene que realizar algunas tareas a lo largo del tiempo, como son las de aceptar la realidad de la pérdida, ya que en un principio cuesta aceptar lo que ha sucedido.
Igualmente indicaba que otra de las tareas que se deben realizar es la de elaborar las emociones que lleva consigo la pérdida, como es el dolor, la tristeza, la culpa, así como aprender a vivir sin la persona y recobrar emocionalmente al ser querido.
Entre los factores que influyen en el proceso del duelo señalaba que uno es el de la edad del fallecido, ya que no es igual cuando muere una persona joven, así como las circunstancias de la muerte, sobre todo si ha sido por accidente o de forma repentina o si ha sido de una enfermedad larga en la que las personas se van preparando antes del fallecimiento y ha pasado un tanto el proceso del duelo, cuando llega el fallecimiento.
Asimismo quiso destacar que todo depende de la relación que se tenga con el fallecido y si existen o no conflictos no resueltos con él, añadiendo que duelo o luto son también significado de dolor y una forma de expresar el dolor y la tristeza.
Por otro lado recordó que hay gente que, si bien tiene unas fuertes creencias religiosas, las mismas se pierden, sobre todo cuando se da el caso de sufrir la pérdida de un hijo.
La charla contó con la asistencia de numerosas socias en el auditorio del Don Diego, señalando la presidenta local de Afammer, Mari Carmen Rodríguez Rabadán, que la misma seguida de una merienda, se enmarcaba dentro de los actos del Día Internacional de la Mujer.
