Para colmo Darío no pudo contar para este partido con Ureña, uno de los futbolistas claves en el equipo, y tampoco de inicio con Carlos García y Juanlu, el primero recién salido de una lesión muscular y el segundo tras pasar por el hospital el pasado viernes por una reacción alérgica.
Hubiera cambiado mucho la película si el colegiado llega a pitar un penalti, que fue, de Kata sobre Mini cuando se disponía a plantarse en mano a mano con Eric. La carga ilegal no fue considerada como tal por el trencilla madrileño, marcando ya desde el principio una tónica bastante clara en su línea de arbitraje, para nada casera.
Los catalanes quisieron matar el partido desde el inicio, haciendo como el perro del hortelano, que ni jugaba ni dejaba jugar. Pero Almagro salió a por todas, algo precipitado y poco acertado en los últimos metros, aunque dominando la situación erigiendo en capitán general a un Gascón que brilló con el balón en los pies, y también sin él. La más clara llegaría a la media hora en un cabezazo de Santana que detuvo Eric, llegándose al descanso sin que los visitantes tuvieran opciones de gol.
No hubo cambios tras el paso por la caseta, y en una pérdida en medio campo precisamente del capitán general llegó la primera de los de Gavá. Por fortuna no se entendieron en el tres para uno y todo quedó en nada. Minutos después la cosa pasó a mayores, con David poniendo el balón por encima de Astillero para estrellarlo en el larguero. Se pidió fuera de juego.
Pasaban los minutos y la heroicidad quedaba cada vez más lejos, más improbable, más imposible. José Vicente, que tuvo un buen puñado de minutos, aprovechó su frescura para casi enganchar al Almagro a la eliminatoria en un buen cabezazo, pero Eric volvió a impedirlo. Y con todo en contra ya para entonces, otro recién salido, Cano, derrochó clase y sangre fría resolviendo un mano a mano con Astillero que dio la puntilla a la eliminatoria.
La afición encajera, que hoy contaba en el palco de autoridades entre otros con José María Barreda junto a Daniel Reina, alcalde de Almagro, respondió con un aplauso sincero a sus futbolistas, unas palmas de agradecimiento por tantos buenos momentos vividos esta campaña. Los gritos de ánimo se repitieron en los últimos minutos, ya con todo visto para sentencia y con la única emoción de intentar hacer el de la honrilla. Pero la ovación importante y definitiva se produjo tras el pitido final. A ambos equipos, con deportividad, pero rotunda y sonora como nunca para un Almagro que ha hecho historia, terminando subcampeón en 3ª División, eliminando al filial del subcampeón de Europa en la primera ronda del play off, y dando la cara hasta el final frente a un equipazo como el Gavá.
