Las melodías del violonchelo y del piano, los ritmos marcados por instrumentos contemporáneos y de origen africano, y los equilibrios en barras y las danzas urbanas de los artistas marcaron la evolución de una obra de unos sesenta minutos, en la que el patio de butacas se subió al escenario y que colgó una noche más el cartel de “entradas agotadas”.
Al espectáculo, que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Manzanares, asistió el alcalde, Julián Nieva, la concejala de Cultura, Silvia Cebrián, y otros miembros del Equipo de Gobierno.