jueves. 25.04.2024

Un puñado de peñas desfilaron en el ‘Entierro de la Sardina’ con sus carruajes bien equipados de un sonido infernal. Eran pocos, pero se hacían notar. Parecía una competición de volumen sin freno.

Quizá el número de carrozas participantes no fue grande, pero hay que reconocer que tampoco había muchos más grupos autóctonos que pudieran salir. Este desfile no puede compararse con el del lunes de carnaval porque en aquel también acuden otras gentes de Membrilla, Argamasilla de Alba, Pozo de la Serna…

Algunos hicieron el recorrido a pié y ataviados del negro ‘protocolario’, y tampoco faltó alguna sardina gigante de cartón que, presumiblemente, se convirtiera después en cenizas.

En el momento de partir la comitiva del sepelio desde la Plaza de Don Diego, había muchas más personas en la Plaza Mayor cogiendo sitio alrededor de la lumbre. El desfile era lo de menos, lo importante era cenar con la troupe, a pesar de la lógica humareda.

Concierto de Judith Mateo

El público presente en la Plaza Mayor tuvo la oportunidad de digerir el atracón gastronómico con la música en directo de Judith Mateo. La popular violinista rockera ofreció un completo recital en la carpa, presentando su nuevo trabajo discográfico e interpretando también temas de sus anteriores elepés.

La artista conquense dejó su inconfundible sello que la hace original. Su pasión por la música irlandesa, sus raíces asturianas y su formación clásica con el violín, le han convertido en una singular intérprete por todo el mundo.

Después de actuar en Japón, Méjico y en el Teatro Real de Madrid, entre otros lugares, Judith Mateo mostró en La Solana el resultado de su quinto disco titulado ‘Rock is my life’. Acompañada de guitarra, bajo, batería y voces, interpretó numerosos temas con el denominador común de la música celta y rock.

En declaraciones a la prensa local, indicó que está viviendo un momento dulce y que le están acogiendo muy bien en cada lugar donde actúa y especialmente en Castilla la Mancha. Reconoció que vive de lo que más le gusta que es tocar el violín, algo que lleva haciendo desde los siete años de edad.

Judith Mateo animó el entierro de la sardina en La Solana