Pero esta vez sus concejales eran colegiales sin adscripción política, inocentes en sus propuestas, pero a la vez claros y directos en sus apreciaciones. Se eligió el auditorio dela Casade Cultura para improvisar el salón de plenos municipal, donde el alcalde dio la bienvenida a los improvisados ediles. Y lo primero que hizo fue sustituir el sillón que tenía preparado por una silla como las demás, según dijo “para dar un mensaje de igualdad, por que aquí no debe haber diferencias”.
Destacó la importancia de nuestra Carta Magna, y el hecho de que incluyala Declaraciónde los Derechos del Niño. Después leyó el orden del día, compuesto por cuatro puntos. El primero la lectura y aprobación del acta anterior, el segundo la lectura de los derechos de los niños y niñas, el tercero propuestas y sugerencias sobre personas discapacitadas, teniendo en cuenta que se celebraba el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y por último el apartado de ruegos y preguntas, preceptivo de un pleno ordinario.
Los niños leyeron sus derechos y se hicieron preguntas y propuestas, todas muy interesantes, que el alcalde respondió. En resumen, se trataba de que los pequeños solaneros conocieran mejor y aprendieran a valorar nuestra Constitución y, de paso, acercaran su mirada y su mente al quehacer político de nuestra Corporación Municipal emanada de la decisión popular.
