Más de 1.700 niños procedentes de 43 localidades de la provincia participaron en el IX Encentro Diocesano de la Infancia Misionera que acogió La Solana. Bajo el lema ‘Atrévete a ser misionero’, los jóvenes disfrutaron de una intensa jornada con varios talleres muy interactivos, finalizando con una oración en la Plaza de Toros.
La actividad fue un éxito de participación y sobretodo, un éxito de coordinación. Más de ciento setenta voluntarios de las parroquias solaneras, de las cofradías y hermandades de la localidad, y también procedentes de otras poblaciones, ayudaron en la parte logística para que todo saliera perfecto, según recalcó a la prensa local el Delegado Diocesano de Misiones, Damián Díaz. Después de un día maratoniano, la valoración fue muy positiva, subrayando la impecable organización gracias al trabajo de esos los voluntarios. También agradeció la colaboración del ayuntamiento solanero por poner a disposición varios escenarios repartidos por toda la localidad para la realización de los talleres.
Díaz habló de una perfecta unión entre voluntarios y jóvenes que elevaron la participación a unas 1.900 personas en total. Una cifra que ha ido creciendo desde la primera edición del Encuentro Diocesano de la Infancia Misionera que contó con unas 700 almas, según indicó. Tras pasar por Ciudad Real, Valdepeñas, Miguelturra, Daimiel o Tomelloso, entre otras, la actividad llegó a La Solana con chavales con edades comprendidas entre los nueve y los trece años procedentes de cuarenta y tres localidades de la provincia.
Los participantes pasaron por los cinco talleres previstos que simbolizaban cada uno de los cinco continentes y que estaban identificados por colores diferentes, dijo Díaz. Talleres que se desarrollaron en el colegio El Santo, en el colegio Sagrado Corazón, en los polideportivos de los dos colegios citados, en la Casa de la Iglesia, en el palacio Don Diego, en la ermita de San Sebastián y finalmente en la Plaza de Toros para la comida y una oración para terminar.
El Delegado Diocesano de Misiones indicó que los jóvenes debían realizar acciones enfocadas con el lema de este año (‘Atrévete a ser misionero’). En un taller se atrevieron a hablar con Dios, en otro a ser una familia misionera, en otro a ser un superhéroe misionero, en otro a dar el salto a la misión, y todo con divertidos juegos, dijo Díaz. El objetivo es que ese sentimiento de hermandad y solidaridad que habían trabajado por la mañana y de sintonizar con los misioneros, lo puedan seguir practicando con los demás, argumentó Díaz.
El párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, también se mostró muy contento tras la jornada y destacó la colaboración de más de un centenar de voluntarios de las parroquias y de las hermandades locales, además del apoyo logístico del ayuntamiento.
La jornada terminó con el encuentro de todos los participantes en la Plaza de Toros para comer juntos y disfrutar con las actuaciones musicales preparadas. Finalmente, hubo una oración antes de que los participantes se marchasen a sus lugares de origen.
