Una muchedumbre que, además, de una satisfacción plena en los organizadores, dejó una importante cantidad económica. Se recaudaron 2.180 euros en concepto de donativos voluntarios de los participantes. Un dinero que ayudará a costear una prótesis para la pequeña Lydia.
“Me retiré dos veces de la mesa de inscripciones porque se me caían lágrimas como puños”. Eso nos decía Edu Romero, presidenta de la asociación y madre de Lydia. No podía estar más feliz, ni más emocionada, por el resultado de la ruta. No esperaban tanta gente ni por asomo. “Empezaron a entrar por la plaza y cuando nos dimos cuenta había más de doscientos esperando para firmar y dar su donativo”. De hecho, habían preparado 100 pulguitas para avituallamiento. En Membrilla sucedió lo mismo. “Hubo que llamar deprisa y corriendo al frutero para que trajera cien kilos de plátanos”.
Edu Romero no daba crédito ante tal respuesta, con gente de todas las edades. “Había niños de tres años y algunos padres con sus bebés colgados a la espalda; otros pasaban los setenta años”. El momento más emotivo llegó cuando los marchadores de La Solana y Membrilla se encontraron. “Fue alucinante cuando nos juntamos, todos querían conocer a Lydia”.
La cantidad recogida está muy por encima de lo previsto y constituye un empujón a la financiación de la prótesis de brazo que necesita la niña, y cuyo coste asciende a 17.000 euros. Edu Romero aclaró que cuando se reúna el dinero y se pague la prótesis, el dinero que devuelva el Sescam irá destinado a crear un banco de prótesis para otros niños.
También aprovechó para agradecer la colaboración del Ayuntamiento de La Solana, que cedió el agua, además de la Policía Local y los voluntarios de Protección Civil, que también ayudaron en las labores organizativas.
