jueves. 28.03.2024

El buen tiempo, casi primaveral en este quinto de carnestolendas, quiso sumarse al cortejo fúnebre y con él un gran número de dolientes en la comitiva y de gente a su paso.

Familiares, amigos, conocidos y numerosos simpatizantes que sentían pena y dolor por tan sensible pérdida, se han sumado a la "consternación general", a una comitiva que se ha congregado, como es habitual, en las inmediaciones del Bar Ganadero.

Entre ellos Serafín Delgado, Rey del Carnaval y presidente de la Peña La Cabra, junto a las Máscaras Mayores de este año 2017, José Cañizares y Antonia Nieto y las del año pasado, José Muñoz y Mercedes Rivas, además de las de años anteriores vestidos de riguroso negro, que han estado acompañados por el concejal del Área de Festejos, Diego Rodríguez, el presidente de las Peñas del Carnaval, Raúl Domínguez y por representantes de las dieciséis peñas que tiene el Carnaval 'Churriego'.

Todos muy compungidos, para despedir a la sardina, ya que su entierro es uno de los actos por excelencia de la programación.

De azul y plata, y llevada a hombros por cuatro jóvenes, comenzó su tradicional recorrido entre llantos, risas, y música carnavalera, ante la mirada de los ciudadanos y ciudadanas que salieron a la calle y a las puertas de sus casas a despedirla, que fueron testigos de cómo centenares de personas acompañaron a Doña Sardina en su viaje sin retorno hacia la explanada de la calle Rodeo.

Nadie faltó a acompañarla a su última morada. Cardenales, curas, monjas, señoras con pamela y altos tacones y, en fin, gentes de todos los estamentos sociales, que han estado presentes en el óbito de la sardina.

La mayoría enfundados en el luto riguroso, aunque también los hubo revolucionarios que decidieron romper con el negro, para acompañar a los componentes de la peña 'La Cabra', organizadora como cada año de este luctuoso acto.

Ya en la explanada de la calle Rodeo, se ha procedido a la quema de la difunta, entre los sollozos, ayes, pataleos, desmayos y penas de sus acompañantes.

 

Miguelturra entierra con honores y buen tiempo a la Sardina