sábado. 20.04.2024
PROVINCIA

El veterano viticultor Alfonso Marín se siente preocupado por los efectos de la sequía y de las elevadas temperaturas en las viñas

El veterano sindicalista y viticultor solanero, Alfonso Marín Salcedo, considera que la ausencia de lluvias a lo largo de los últimos meses, así como las elevadas temperaturas de este verano, van a influir de una forma negativa en la ya cercana cosecha de uva, que puede descender en secano hasta un 40 o 50 por ciento en algunas zonas. Además, considera que esas elevadas temperaturas lo harán también en las viñas de regadío.

Alfonso Marín-1 (Copiar)
Alfonso Marín en Radio Horizonte.

Marín ha mostrado su sorpresa por las declaraciones que ha oído en la radio, en la que un dirigente de la Unión de Cooperativas Agrarias consideraba que tan sólo sería un 6,3 por ciento esa  disminución de cosecha, añadiendo que “o bien no sabe de campo o no ha salido al campo”.

Para Marín, esas elevadas temperaturas están haciendo sufrir  mucho a las viñas de secano, aunque señalaba que asimismo está afectando a las viñas de regadío, por lo que considera que el descenso de cosecha será mucho más de lo que se dice en esos sectores aludidos. Igualmente, considera Marín que las viñas se verán afectadas para las próximas campañas, sobre todo porque las yemas están siendo dañadas por los fuertes calores y la sequía, lo que condicionará lo que será la producción al no contar esas viñas con reservas.

Insistía en que “esas elevadas temperaturas de hasta 40 grados están haciendo un daño enorme a la uva y que muchas noches no baja ese fuerte calor”.

En cuanto a la situación del mercado del vino, señalaba Marín que “el consumo no sube en España pero se mantiene gracias al extranjero”, aunque este año la producción debido a esos efectos climatológicos será inferior en al menos  6 millones de hectolitros.

Sobre los precios de la uva en la ya cercana campaña, se mostraba escéptico ante las contratas que se están realizando, en las que se le exigirá una serie de condiciones a la uva, que se le podrán adicionar en regadío, como es el caso de potasa y magnesio, pero no en secano, condiciones que se imponen y que se aceptan para poder cobrar a 30 días de entregar la uva, con lo que se están dejando de lado otros condicionantes que pueden provocar el rechazo de determinadas partidas de uvas. 

Marín insistía en lo necesario que para esta tierra es poder mantener la rentabilidad de las viñas de secano y lo que podía provocar para La Mancha esa desaparición de las viñas tradicionales.

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