Soriano ha explicado que hasta el momento se han desatado 958 incendios forestales por los 408 incendios del pasado año o los 313 incendios de 2010, debido en gran parte a la situación de extrema sequía de la región en los meses de verano.
A pesar de esa mayor detección de incendios y la consecuente mayor carga de trabajo para los servicios de extinción, la consejera ha destacado que “de esos 958 incendios, 679 se han quedado en conatos, es decir, que se han controlado y extinguido antes de haber quemado una sola hectárea”. Eso supone, ha resaltado, “que 7 de cada 10 incendios desatados este año se han quedado en simples conatos, exactamente un porcentaje del 70,8% del total, lo que nos sitúa 6 puntos por encima de la media nacional y 2,2 puntos por encima de la media de los últimos 10 años.
Ha expuesto que esto se ha debido en gran parte a la rapidez en la detección y actuación y a la gran profesionalidad de las personas que trabajan en los servicios de extinción de incendios de Castilla-La Mancha, y ha calificado su labor de “excelente”.
Soriano ha detallado que, a pesar del mayor número de incendios, el tiempo de respuesta ante los mismos se encuentra en torno a la media de la última década: 30,2 minutos en el caso de los medios terrestres y 40,8 minutos en el de los aéreos.
Por tanto, ha indicado,”con medios similares y ante mayores incendios y desafíos, hemos mantenido nuestro tiempo de respuesta, factor que es decisivo para evitar la mayor expansión del fuego”.
Respuesta del Gobierno y las instituciones
Al margen del trabajo de los cuerpos de extinción de incendios, Soriano ha remarcado que el Gobierno de María Dolores Cospedal está asumiendo sus responsabilidades en la materia y está liderando políticamente las tareas y adoptando decisiones de calado para facilitar la labor de los servicios técnicos y afrontar de manera más efectiva la lucha contra los incendios.
Por último se ha sumado a la petición de la presidenta Cospedal, que ha tenido buena acogida por parte del Gobierno nacional, de estudiar un incremento de las penas para aquellos que provoquen incendios, ya que atentan contra el patrimonio natural, los pueblos y la vida de las personas.
