Los trabajadores de las plantas de Hospitalización han manifestado a CSI·F su malestar por estos cierres, que "podría suponer una sobrecarga para el resto de las plantas de hospitalización, y la saturación de las Urgencias, al no poseer camas para hospitalizar a los pacientes, y un posible deterioro de la calidad asistencial para pacientes y usuarios", explican en la nota.
Para CSI·F, el cierre de las plantas en los centros y la menor oferta de camas podría conllevar un "cuello de botella", ya que "las altas podrían empezar a ser insuficientes para absorber todas las órdenes de hospitalización, pudiendo colapsar las Urgencias".
Los trabajadores del hospital solicitan al SESCAM que "no cometa los mismos errores que el anterior gobierno regional, ya que esta acción reduce el número de camas hospitalarias que posee los centros para atender a los pacientes y usuarios, lo que podría redundar en la mezcla de pacientes cuya patologías sean incompatibles en función de su estado de salud, tal y como sucediese en el pasado, lo cual podría conllevar el aumento del riesgo de los pacientes de contraer otras enfermedades distintas a las propias, de forma innecesaria".