martes. 30.04.2024

La hiperactividad es un trastorno del desarrollo caracterizado por niveles de falta de atención, sobreactividad e impulsividad inapropiados desde el punto de vista evolutivo. Los primeras manifestaciones suelen detectarse con el comienzo escolar, en infantil, donde empiezan a realizar actividades más complejas, como por ejemplo mantenerse atentos y sentados en la asamblea.

Los niños hiperactivos se mueven continuamente, sin que necesariamente, esta actividad tenga un propósito o un fin para el niño. Suelen comenzar alguna tarea, pero la abandonan rápidamente para comenzar otra que a su vez dejan inacabada.

La problemática que se asocia a la hiperactividad se concentra en las siguientes áreas:

    - Dificultades de aprendizaje y déficits cognitivos.

    - Trastornos emocionales con baja autoestima y problemas en las relaciones sociales.

    - Trastorno disocial (conductas distorsionadas, destructivas y de carácter negativo).

Son niños y niñas que suelen ser insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos.

Pocas veces suelen mantener, durante mucho tiempo, la atención puesta en algo, lo que da lugar a problemas en el rendimiento escolar, a pesar de tener un cociente intelectual normal.

Todo esto unido a su comportamiento impulsivo, desobediente y fácilmente excitable da lugar a frecuentes tensiones en casa y en el colegio.

Según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad      que presenten. Los niños pueden mostrar los siguientes síntomas:

    1. Dificultad para mantener la atención durante tiempo prolongado y prestar atención a detalles.

    2. Habla en exceso.

    3. Suele perder u olvidar objetos.

    4. Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada.

    5. Incapacidad para inhibir conductas (dificultad para seguir normas, esperar su turno, no piensa antes de actuar,etc).

    6. Dificultad para terminar tareas ya empezadas.

    7. Dificultad para mantenerse sentados (independientemente de la tarea que estén realizando)

    8. Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes para él.

Hoy en día es muy habitual clasificar a niños nerviosos y/o con problemas de procesamiento sensorial como hiperactivos. Este es un error que debemos evitar a toda costa. Es fundamental en caso de duda acudir a un profesional que les asesore y les ayude a detectar si el niño/a presenta hiperactividad y la mejor forma de tratarla.

Los padres y madres de un niño hiperactivo deben tener en cuenta que si les regañan y castigan continuamente pueden estar fomentando en su hijo un déficit de autoestima y de alguna manera están realimentando el trastorno.

Un consejo para ayudar a los padres a controlar la hiperactividad de sus hijos es dejar de un lado los excesivos castigos y críticas negativas hacia el niño y fomentar cada vez más el uso de reforzamientos verbales positivos.

El niño Hiperactivo