Aterrizó en España el 18 de julio y se ha marchado de vuelta a casa el 18 de agosto, pero antes de eso hablamos con ella. Nos contó que estudia español en su país y quería tener la experiencia de practicarlo en el nuestro: “Quería practicar vuestro idioma, conocer España y la verdad es que me ha gustado mucho”, explica Hanna, quién también expresa su tristeza porque cada día está más cerca la fecha en la que tiene que dejar a su familia española, donde “me han tratado como a una hija”.
Su familia tiene dos niñas y la madre nos cuenta que contactó con Hanna a través de una página de Au Pair que pone en contacto familias y chicas jóvenes que quieren dedicar el verano a aprender o practicar el idioma del país donde van: “Cuando contactas con la empresa tienen una base de datos con las características de esas personas para que tú vayas filtrando según las características que quieras de esa persona. Por ejemplo, el país de donde quieres que sea, nosotros queríamos que fuera americana, australiana o irlandesa, por el inglés. Ellas también filtran, hay quien quiere familias vegetarianas o que no sean monoparentales, etcétera. En definitiva, Hanna nos eligió a nosotros por las características familiares y nosotros a ella por sus características personales. Esta siendo una experiencia maravillosa, es como si fuera una hija más. Ha sido un mes en el que le hemos tomado mucho cariño y cuando va llegando el final, es inevitable la tristeza”.
Cuando se eligieron mutuamente, contactaron por Skype para conocerse y la atracción fue mutua: “Conocimos a sus padres por Skype, les enseñamos donde iba a vivir, su habitación y gracias a Google Maps pudieron ver la casa. Tenían miedo, pero eso es lógico, no nos conocían. Yo también soy madre y debe ser duro que tu hija se marche a un país, con una familia que no conoces de nada. Hoy los padres están encantados”, explica la valdepeñera.
Hanna, con la sonrisa que le caracteriza, también nos cuenta que sus padres querían saberlo todo: “Preguntaban mucho, incluso si iban a ir a Madrid a buscarme al aeropuerto, porque hay familias que no lo hacen”.
Para Hanna ha sido una experiencia maravillosa, donde también ha hecho amigas en un curso que Cose Arte dio en el Centro de la Juventud, donde ella también participó. Le ha encantado Valdepeñas: “Me han gustado las calles porque hay mucha gente, muchas tiendas y puedes pasear tranquilamente. En mi ciudad todo lo haces en coche. Valdepeñas es una ciudad muy bonita y sus gentes muy cariñosas”.
Hanna también ha conocido otras poblaciones cercanas, como Almagro, ha estado en las Lagunas de Ruidera y en ciudades como Madrid o Barcelona. Le preguntamos si desea volver y su respuesta es inmediata: “Síiiii”.
Piensa que hay diferencias de carácter, por ejemplo, en los saludos: “Vosotros os saludáis con dos besos y en mi país nos damos la mano. Aquí la gente es muy simpática, muy abierta”
Se lleva muchas fotos y muchos recuerdos, pero sobre todo el cariño de su familia. La despedida fue dura, las lágrimas no faltaron por una parte y por otra. Quiere que su familia española conozca a sus padres y que vayan a Dallas, pero sobre todo volver.
