Para celebrar esta apertura del Año Santo, el Obispo delegó su presencia en el Vicario Judicial de la Diócesis, Bernardo Torres que, como ya ocurriese el pasado 14 de junio en la inauguración del Año Jubilar de la Hermandad, fue el encargado de presidir la eucaristía de apertura.
En esta ocasión, y acompañado por el Párroco del templo y el resto de párrocos de la ciudad, se siguió la liturgia establecida para todas las sedes jubilares por parte del Obispado de la Diócesis.
Comenzaba la celebración con una procesión de entrada por la Puerta Santa de la Iglesia Parroquial del Stmo. Cristo de la Misericordia que, desde el pasado 14 de junio, ostenta tal denominación por el Año Jubilar de la Hermandad por lo que no fue necesario el rito de apertura, como si se ha hecho en otros templos de la Diócesis.
Tras la bienvenida a los fieles, siguió la liturgia con la bendición del agua y su aspersión entre los fieles con el hisopo, así como la bendición del confesionario, considerada como la auténtica puerta de la Misericordia por el Papa Francisco.
Tras estos ritos extraordinarios, continuó la celebración con normalidad. Destacar la homilia de Bernardo Torres, quien trasladó a los fieles el deseo de reencuentro con el Señor y perdón que el Papa Francisco pretende transmitir para este Año de la Misericordia. También destacó que el Obispo ha designado esta Iglesia como templo de peregrinación para la Diócesis porque en ella es donde se venera la imagen del Stmo. Cristo de la Misericordia, titular de la Hermandad. Aclarando que no todos los templos de la Parroquia son sedes jubilares sino únicamente este templo por ser donde se venera la imagen del crucificado de la Misericordia.
Continuó la celebración con la liturgia eucarística hasta que, tras la comunión, los fieles rezaron la Oración del Año Jubilar de la Hermandad, se cantó la Salve a la Santísima Virgen de la Palma y el Párroco dio lectura, como se hizo en la inauguración del Año Jubilar de la Hermandad, al Decreto de la Penitenciaría Apostólica de Roma por el que nuestro Obispo, o quien en él delegue, podía dar la Bendición Papal a todos los fieles durante el Año Jubilar.
En esta ocasión, contando con la presencia del Vicario de la Diócesis, fue Bernardo Torres el encargado de otorgar esta bendición final de despedida, como conclusión a esta celebración del tercer domingo de Adviento, domingo Gaudete en la Iglesia Universal.
Destacar también que, por expreso deseo de nuestro Párroco y Consiliario, la colecta de la misa fue destinada íntegramente a la Obra Social del Año Jubilar de la Hermandad.
