viernes. 19.04.2024

¿Eres de los que piensa que para invertir hay que tener una gran fortuna? Lo cierto es que hasta hace no mucho, ese tipo de pensamiento tenía bastante de realidad. Las comisiones o la necesidad de un gran capital para poder adquirir ciertos bienes, cuya revalorización potencial era alta, hacía que la inversión fuese prohibitiva para muchos.

Era el caso de la inversión en inmuebles, ya que no todo el mundo se puede permitir desembolsar las grandes cantidades que cuestan los inmuebles o ni si quiera adquirir una hipoteca para financiar la inversión.

El crowdfunding inmobiliario soluciona estos problemas. Según la plataforma Crowdestate.eu, el crowdfunding no es más que reunir a muchos pequeños inversores, para que puedan acometer grandes inversiones. De este modo, la inversión en crowdfunding inmobiliario, permite invertir pequeñas cantidades, desde 100 €, en proyectos que realmente requieren mucho dinero.

Los inversores, participan en los beneficios de forma proporcional a las cantidades invertidas. En cuanto a los costes, simplemente no hay comisiones o se trata de comisiones de éxito que se aplican sobre los beneficios extra sobre un porcentaje de beneficio básico, y siempre sobre la base de la inversión realizada, de modo que son gastos proporcionales a lo invertido.

A partir de ahí, el crowdfunding inmobiliario tiene riesgos similares a los de la inversión inmobiliaria de toda la vida: iliquidez, riesgo de mercado, riesgo de divisa si se invierte en otra moneda, etc. y habría que añadir el riesgo de que quiebre la plataforma de crowdfunding. En este último caso, no se perdería la inversión, pues el proyecto de inversión es independiente, pero al inversor le resultaría mucho más difícil mantenerse informado de lo que está pasando con su dinero. Sin embargo, el quiebre de la plataforma es muy improbable, porque realmente ellos no arriesgan en los proyectos, sino que simplemente gestionan la comunicación de los inversores.

A cambio de estos riesgos, ofrece rentabilidades potenciales muy interesantes. En el caso de Crowdestate por ejemplo, la rentabilidad histórica de las oportunidades de inversión de las que se ha salido con éxito está en el 17 % anual.

Inicialmente, el crowdfunding inmobiliario trabaja con empresas vehículo que se formaban para acometer los proyectos de inversión. Es decir, los inversores se convertían en socios de una empresa que compraba un inmueble o solar, lo mantenía o mejoraba con obras de rehabilitación, lo conservaba durante unos meses, lo alquilaba si se daba el caso y finalmente lo vendía. Los inversores, participaban de los beneficios de dicha sociedad provenientes tanto del alquiler como de la venta final.

Sin embargo, en los últimos meses, las plataformas están optando más por un modelo basado en la concesión de préstamos a promotoras inmobiliarias. En este caso, el inversor es simplemente acreedor de la empresa promotora y recibe la devolución del dinero prestado, más los intereses. El beneficio de esta opción es algo más limitado, pero a cambio los inversores pueden contar con mayores garantías para su inversión. Por ejemplo, el promotor puede ofrecer la propiedad como garantía y establecer una hipoteca.

No podemos pretender que la inversión en crowdfunding inmobiliario sea perfecta porque tiene sus riesgos, pero en una cartera de inversiones bien diversificada, es una posibilidad que puede tener perfecta cabida, especialmente en los últimos años en los que las opciones más seguras como podrían ser los depósitos, nos ofrecen rentabilidades tan bajas que es difícil que nos merezca la pena bloquear el dinero a cambio de casi nada.

En el caso del crowdfunding inmobiliario, el potencial de revalorización de nuestro dinero es importante y los inmuebles suelen ser activos relativamente seguros a la hora de invertir.

¿Conoces el crowdfunding inmobiliario?