domingo. 28.04.2024
SOCIEDAD

Cuando la violencia machista golpea las vidas de una madre y sus hijos o la justicia no toma medidas en beneficio de los niños

Hoy se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o DIEVCM, y que a nivel mundial hay que erradicar. Estamos acostumbrados a escuchar en las noticias cifras sobre las mujeres que mueren a manos de sus parejas, sucesos que demuestran una vez más como la violencia machista se ha convertido en una lacra social. “La sociedad está enferma”, oímos decir. Y es verdad. 

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El amor de una madre no tiene límites. Unas manos que dicen mucho

Hay quien se pregunta ¿porqué una mujer maltratada no abandona al maltratador al primer golpe físico y moral? o ¿Y porqué aguanta o ha aguantado tanto?, y así un buen número de preguntas que se hacen quienes o no conocen a nadie en esta situación o por suerte no la sufren. 

A veces, la justicia es tan lenta en este sentido que afecta a la vida de quienes son maltratados. Es el caso de V.T.C., una mujer maltratada que demanda que la justicia resuelva cuanto antes su juicio pendiente, que no se celebrará hasta dentro de 27 meses “lo que nos perjudica a mí y a mis hijos, espero no tener que ser yo la que juzgue a la justicia, y si fuera necesario dice mi abogado que se publicará nombre y apellidos y los números de los juzgados responsables”, explica V.T.C.

En advaldepeñas, hemos hablado con una mujer maltratada de Valdepeñas de la cual no daremos su nombre por seguridad, pero sí nos dirigiremos a ella por sus iniciales, V.T.C.

V.T.C es joven y tiene dos niños pequeños, su mirada triste demuestra el sufrimiento que ha vivido durante años siendo maltratada, tanto física como psicológicamente, por su ex pareja, un hombre joven también. Comienza a relatar su historia, pero le cuesta hablar, le duele recordar, le “duele el dolor” sobre todo de sus hijos, el sufrimiento que padecen. “A mí me da igual sufrir pero mis hijos no, ellos no tienen culpa de nada y lo único que quiero es que la justicia me haga caso y que ellos puedan ser felices: necesitan ayuda psicológica y su padre se niega a que se la den, y la justicia, en este sentido, no da una solución. Parece ser que si uno de los dos no quiere que reciban ayuda psicológica, no se la dan”, explica.

Dieciséis años de convivencia que comenzaron con maltrato psicológico y terminaron, hace dos años, con el físico: “yo siempre me sentía culpable, era la que pedía perdón, aunque el fuera el infiel y me reprochara que sin él no sería más que una cualquiera. Decía que la culpa era mía, daba la vuelta a la tortilla”. Las cosas comenzaron a complicarse cuando “descubrí que me era infiel y se lo dije, su reacción fue arrastrarme por el suelo incluso estando embarazada de mi segundo hijo, sacó un rifle que tenía, me amenazó con matarme si me iba de casa, todo esto en presencia de mi hijo mayor, que tenía menos de año y medio, comencé a sangrar y me dijo que eso se solucionaba con una patada en la barriga”.

“Tras nacer mi hija, supe que estaba con otra mujer y volvió a amenazarme si me marchaba. Los episodios de violencia eran cada vez más frecuentes y yo me encaraba con él, le decía que me iba a ir de la casa, pero el lo que hacía era abusar de mi sexualmente, episodios muy desagradables que no quiero ni recordar”, apunta.

V.T.C, con la voz entrecortada, sigue relatando su experiencia: “Al final, me fui de casa con mis hijos, sin nada, todo lo que yo había aportado me lo dejé allí. El decía que solo quería su dinero, y no sabe que yo solo quería que nos dejara en paz. Me amenazó con quitarme a mi hijo, porque a mi hija nunca la ha querido. Hace diez años, al enterarme que estaba con otra, de tantas, cogí una depresión y me tomé muchas pastillas, mi miedo era que se agarrara a eso para quitarme al niño, de hecho me amenazaba con ello puesto que decía que por mi estado psicológico se los iban a dar a él. Que por las buenas o las malas me quitaba al niño, por las buenas legalmente, por las malas enviándome un sicario por 3.000 euros”.

Hasta ese momento, esta mujer no había denunciado su situación pero gracias a una amiga que escuchó la conversación y las amenazas de muerte se hizo fuerte y denunció: “Se llevaba a los niños cuando le tocaba. Unas vacaciones, que iban a estar 15 días con él, yo les llamaba por teléfono pero no me dejaban hablar con ellos, así es que me presenté en casa de sus padres, que era donde estaban y les dije que me los llevaba, cogí a mi hija en brazos y el me golpeó hasta dejarme llena de moratones, tuvieron que ponerme un collarín debido a los golpes y me dijo que al final iba a conseguir que me matara, lo denuncié. Todo esto ocurrió delante de mis hijos, que como digo necesitan un psicólogo y no puedo llevarlos porque él se niega. No hubo juicio. A los cinco días lo detuvieron”. En este sentido, recuerda que cuando fue a por los niños “se suponía que había una orden de alejamiento en vigor, después me informaron que había un error y que se había cumplido hacía 10 días”.

V.T.C, también relata con desesperación cómo su ex pareja estuvo 57 días sin preguntar, ni saber nada de los niños y como la primera vez que se los llevó “a la niña la devolvió con una reacción alérgica, porque así tendría un motivo para denunciarme, no le dio el jarabe indicado. También raja los informes médicos para provocarme y grabarme, con el objetivo de denunciarme, algo que hace hasta por llevar a los niños a fiestas escolares, incluso avisándole que tiene que recogerlos allí. No deja de acosarme y provocar, aunque le cueste la salud a mis hijos”

Esta mujer pide justicia, porque el 18 de noviembre se suponía que tenía un juicio que no se celebró, le avisaron por teléfono que no se iba a celebrar. Al parecer era una “vista de conformidad”, por la que él debía de estar de acuerdo con lo que pedía el fiscal “dos años y medio de cárcel”. Al no llegarse a un acuerdo, el juicio se ha pospuesto para celebrarse 27 meses después, ya en 2016: “El juicio se va a celebrar 27 meses después de los hechos, siendo reincidente y con una grabación donde reconoce todo lo que te he contado. No entiendo que pasa, no entiendo a la justicia”.

Esta madre y mujer maltratada solo pide justicia para poder llevar a sus hijos al psicólogo, porque “todo lo que han visto ha sido muy duro y los profesionales tienen que ayudarles a superarlo. El padre provoca situaciones para las que no hay ni orden de alejamiento”, añade V.T.C. durante la conversación.

V.T.C es una mujer fuerte, aunque ella no es consciente de ello, que como toda madre daría lo que fuera porque sus hijos, de 4 y 6 años, crecieran sanos y felices, una mujer que “solo pide justicia”, y no para ella, sino para sus hijos.

 

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