jueves. 28.03.2024

Y es que, aunque algunos digan que Valdepeñas no ha tenido víctimas de Eta, se equivocan, porque Francisco Ruíz Sánchez, es valdepeñero y víctima de una lacra que asoló España durante muchos años y que, al igual que al resto de víctimas, le cambió la vida para siempre.

Hace unos meses recibí una llamada de Yolanda Ruíz, dueña del Hostal Valdepeñas, diciéndome que tenía un regalo para mí, que alguien le había dejado y que tenía que ir a recogerlo. Cuál fue mi sorpresa, cuando ese regalo era el libro “Doce balas en el alma”, que trataba sobre la vida de su padre, Francisco Ruíz Sánchez, su biografía, y que estaba escrito por mi buena amiga Rosa Peñasco. Sinceramente, me emocioné porque hace unos años cuando yo trabajaba en Kallejeo.com le hice una entrevista que me llegó al alma, nunca mejor dicho y desde entonces admiro profundamente a este hombre que tanto ha luchado y que recibió 12 tiros a bocajarro de ETA, cuando era policía en el País Vasco. Una historia que pocos conocen y que se ha escrito para la familia y al cumplir Francisco y su mujer, Marisa, 50 años de casados. Un regalo que este quiso hacer a sus seres queridos. Con Francisco, que estuvo acompañado de su hija Yolanda y su esposa Marisa, y con Rosa hemos hablado sobre cómo se fraguó un libro que cuando lo lees emociona y no lo puedes evitar. De momento, no está a la venta para el público pero es posible que en el futuro si lo esté porque la unión entre Rosa, la autora de la biografía y, Paco, el protagonista de una vida que no tiene comparación con ninguna otra, ha sido tan fuerte que ambos ya han empezado a plantearse hacer algo en un futuro con el libro que los ha unido para siempre….

(En la foto de abajo: de izq. a dcha. Juan Up (ilustrador), Rosa Peñasco (escritora), Francisco Ruíz (Protagonista) y Marisa (mujer de Francisco))

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Cómo surge escribir este libro

Francisco, el protagonista, recibió, nada más y nada menos, que doce impactos de bala en el atentado terrorista que, casi por azar, sufrió en esa época que ha pasado a la historia como “los años del plomo” en plena transición.

Resulta que Francisco y su esposa Marisa cumplían 50 años de casados el 30 de diciembre y querían celebrar sus bodas de oro haciendo un regalo especial a la familia. Francisco, que llevaba mucho tiempo haciendo un manuscrito sobre su vida, decidió que quería regalar un libro sobre la misma a sus seres queridos: “Llevaba mucho tiempo queriendo un libro sobre mi vida y tenía notas manuscritas. Contacté con Rosa y le dije que quería escribir un libro biográfico, no la conocía pero enseguida le conté mi historia y hubo una conexión que perdurará para siempre. Escribió el libro en menos de un mes y siempre le estaré agradecido. Hablamos a mediados de noviembre y para el 30 de diciembre el libro ya estaba”, explica Francisco.

Rosa, que es una escritora reconocida, cuenta que tuvo que hacerlo todo en un tiempo record, máxime cuando estaba estudiando para su oposición: “Paco me llamó y quedamos en que me pasaba lo que tenía manuscrito, me acerqué a Valdepeñas y surgió el flechazo.  El título del libro “Doce balas en el alma” se me ocurrió así de repente mientras me contó su historia en una cálida comida que sirvió para conocernos y reconocernos. La ilustración de la portada está realizada por el artista Juan Up”. Pero a Rosa no le faltó ayuda, con el grupo que ella misma ha bautizado como “Palabraristas”, compuesto por Teresa, Carmen, Jesús, Juan y ella misma: entre todos se encargaron de escanear fotos, buscar información, acudir a hemerotecas y a veces hasta releer lo que “”yo terminaba de escribir porque iba tan deprisa y tan entregada 24 horas a la escritura sobre la vida de Paco que no tenía tiempo ni de leer lo escrito”, explica Rosa.  “Fue una locura porque yo llegué a Valdepeñas el 18 de noviembre y se cumplió la fábula “el cazador cazado”, solo venía a darle ánimos a un paisano y que confiara en su manuscrito porque como hija, siempre preferiría unos folios, por pocos que fueran, escritos por mi padre que el mejor libro del mundo. Pero Paco es un hombre muy tenaz e insistió y yo me enamoré de la historia. Surgió el flechazo, me atravesó el cupido literario y no me pude resistir, porque a medida que iba conociendo la historia de su vida, me iba enamorando más de la historia, de él y de su familia”.

(En la foto: el grupo de Palabraristas con Francisco y Marisa)

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Dentro del libro hay una poesía que se titula igual que éste y que a Rosa se le ocurrió tras aquella primera reunión con Francisco y como no tenía el ordenador en casa tuvo que grabarla a medida que le surgía, en la grabadora del móvil. ”Fecundación in micro”, como dice el ilustrador Juan Up. Para Rosa, esta víctima de Eta tiene un ángel que le protege y es “su mujer Marisa”, “para mí Marisa y sus hijas son seres de luz y las he ensalzado en el libro todo lo que he podido y más. He puesto el corazón en las letras porque es una familia especial y el artista Juan Up ha realizado la portada que es una maravilla”, añade Rosa, para quién escribir este libro ha sido toda una aventura vertiginosa.

Juan Up también cuenta que el Ángel que ilustra la portada es el del cerro del mismo nombre de Valdepeñas y que se inspiró en él porque el atentado contra este monumento fue el mismo año, 1976, en el que Francisco fue tiroteado por la banda terrorista. Una obra que también está plasmada en un cuadro que este artista ha regalado al matrimonio compuesto por Francisco y Marisa, junto con el regalo que supone un libro de 272 páginas, sobre sus intensas vidas y que, como bien dice Rosa Peñasco “describe una historia increíble y de esas que solo ocurren en las películas, pero con el gran matiz de que se trata de una historia real”.

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Rosa cuenta que el título Doce balas, no es solo por esas doce balas que recibió Francisco a manos de Eta, sino también por cada etapa de su vida, desde la hambruna tras la guerra civil, la emigración a las zonas industriales, la explotación de sol a sol en las fábricas del País Vasco, entre otras muchas vicisitudes que pasó.

Una historia que cambió su vida y la de su familia. La soledad de la víctima del terrorismo

Se trata de una biografía novelada y del que todo el mundo que lo ha leído ha dicho que Rosa y él deberían intentar editarlo para el público en general. “Es una historia muy dura pero cada vez me ilusiona más la idea”, añade Francisco, quién también dice que su vida cambió de forma radical: “Cuando estaba herido y creyendo que me iba a morir, en lo primero que pensé fue en la Virgen, a la que le pedí que me dejara ver crecer a mis hijas, que por entonces eran muy pequeñas”. Tras el atentado Francisco pasó seis meses en el hospital, tumbado en una cama porque recibió 12 impactos de bala: en las piernas, en los brazos…  Después y hasta su recuperación la silla de ruedas era lo que le permitía moverse, así durante 5 años y “cuando me vi que podía andar, me quería comer el mundo. Vivía entonces en Galdácano (Vizcaya), donde recuerda con tristeza como, tras el atentado, los que habían sido sus amigos “ni me dirigían la palabra, se apartaban por miedo. Todo eso a mí me afectó psicológicamente, porque la sociedad entera me rechazaba. Nos vimos solos, sin ayuda de nadie, ni de la administración regional, ni del Estado, ni la sociedad. Las víctimas de Eta, estábamos abandonadas, dejados de la mano de Dios”.

Este valdepeñero cuenta cómo iba al psiquiatra y al traumatólogo y lo tenía que pagar él: “En la seguridad social me dijeron que tenían que dejarme la pierna rígida de por vida y yo dije que de eso nada, me fui a un traumatólogo particular y gracias a él hoy mis piernas están bien”.

El rechazo les hizo marcharse a vivir a La Rioja “porque yo no podía vivir allí”. Francisco y su mujer se casaron el 30 de diciembre de 1967 y desde entonces hasta 1980, año en que llegaron a Valdepeñas, vivieron en el País Vasco y en La Rioja.

Rosa Peñasco considera que Francisco es una persona con un arrojo y un corazón enorme “y por eso ha sobrevivido a estas doce balas en el alma, con sus desgarros, abandonos, presión, horror, adrenalina e impotencia, transformando el rencor y el dolor, en el incansable afán de buscar un futuro para los suyos y, sobre todas las cosas, amar y vivir”. Además, para mí –comenta Rosa- y aunque todo fue frenético, también fue una experiencia maravillosa. Escribir un libro sobre la vida de alguien ya es increíble porque tienes que tener empatía y fundirte con la persona, pero escribirlo sobre quien ha renacido miles de veces de sus cenizas como Paco y su familia, es fascinante. Me ha encantado escribir este libro para que se reconozcan las proezas de estas vidas tan especiales porque lo merecen.

Francisco luchó porque los policías municipales tuvieran protección económica tras un atentado

Francisco era policía municipal y cuenta que solo las Fuerzas nacionales recibían el 200 por cien cuando sufrían un atentado. “Yo como policía local la pensión era de 14.000 pesetas”.

En ese tiempo Francisco conoció al periodista Álvaro Bacallado, a cuyo padre le había pasado lo mismo y ambos llevaron adelante solicitar que al funcionario de la administración local víctima del terrorismo también le diesen el 200 por cien, se aprobó y "sentamos jurisprudencia", explica Paco.

Rosa habla de las emociones que ha vivido en poco tiempo llevando la vida de Francisco al papel: “La simbiosis fue tan fuerte que reí y lloré con ellos mientras en la soledad de mi ordenador escribía sobre ellos. A veces, sentía que los conocía desde siempre porque todos me habían calado muy hondo y cuando esto me ocurre, ya sé que no tengo escondite en ningún lugar de la tierra hasta que escriba y saque lo que tenga que sacar. Además, sus vidas se desarrollan en un contexto histórico que no debemos olvidar. He buscado efemérides mundiales y nacionales para novelar la historia y ubicarla en un contexto que ayude al lector a situarse en el tiempo. Pero a partir del atentado, “los palabraristas” buscamos también efemérides sobre terrorismo para darle más fuerza porque como es lógico, a partir de su atentado, la vida de Francisco y la de su familia queda marcada de una forma brutal”.

“Una etapa de mi vida llena de impacto, de sangre y plomo”

Durante la entrevista o el café con amigos, como queramos llamarlo, Francisco nos cuenta, emocionado, que "aquel manuscrito salió de mi corazón, con el reflejo de una vida llena de sacrificio. Rosa supo leerme el corazón, investigar, ahondar y decir con sus palabras todas las cosas que yo sentía: una vida de sacrificio, de lucha por vivir, sangre y lágrimas, junto a la alegría de tener la familia que tengo. Sin su ayuda no podía haber renacido una y otra vez de mis cenizas, como el Ave Fénix. Este libro sobre mi vida empieza con el poema Doce Balas que se le ocurrió a Rosa nada más conocernos. Le sigue el prólogo de la propia escritora explicando como surge esta hermosa historia y termina con un epílogo firmado por “Los Palabraristas”, que para mí es el reconocimiento que no tuvimos las víctimas, ni por parte de la administración, ni por la sociedad”.

Francisco aún tiene el cuerpo con trozos de plomo, pero a pesar de ello su vida sigue, siempre sin olvidar que una vez fue una de las más de 800 víctimas de la banda terrorista Eta en una época terrible de nuestra historia llamada “los años del plomo”.

Marisa, la mujer de Francisco, el pilar que lo ha mantenido a flote

Marisa es una mujer dulce, que ha vivido todo el dolor de su marido en primera persona, ha sido el sustento psicológico de esta familia y cuenta que “gracias a Dios yo he sido siempre muy fuerte y solo me he limitado a luchar en la vida. En esa lucha es de donde he sacado las fuerzas, no me he venido abajo, quizás porque no tenía tiempo. Somos muy creyentes y cada día le doy gracias a Dios por darnos tanta fuerza y seguir día a día”.

De su marido dice que es una persona muy fuerte “porque, aunque yo le he ayudado mucho, él ha sido muy valiente y ha seguido para adelante. Si no hubiera sido por su fuerza por mucho que yo hiciera, hoy no estaría así”.

El libro ensalza lo que “ha superado”

Rosa Peñasco insiste, sobre todo, en que la historia no se olvide, que aquellos años se den a conocer a las nuevas generaciones porque no se pueden repetir, pero también añade que “no he querido politizar el libro o escribir una simple historia de buenos y malos, de drama y de terror porque todo eso debe deducirlo el lector fácilmente en cada renglón. Sin embargo, sí he querido detenerme en ensalzar el tesón, el arrojo, la unión y el amor de toda la familia para poder superar lo que tuvieron que vivir. A eso ahora, los expertos le llaman “resiliencia” y todos ellos, sin excepción, son un ejemplo de ello”.

Peñasco insiste en que a pesar de la insistencia de Francisco, ella no ha cobrado un duro por escribir este libro “porque me enamoré de ellos nada más conocer su historia y puse de mi parte hasta la última célula para que pudieran tenerlo para sus preciosas bodas de oro. La presentación en aquel entorno fue emocionante y con la plenitud de sentir “misión cumplida”, lloré como nunca lo había hecho presentando cualquiera de mis otros libros”.

Un pedazo de libro que emociona cuando lo lees, pero que a la vez te enseña una gran lección de vida. Máxime cuando la historia ha caído en las manos de una escritora con mucho corazón y mucha alma. Y que insiste en que el mundo es un lugar a veces tan hostil, que vidas como la de Francisco y su familia merecen ser conocidas, servir de ejemplo y ser admiradas por todos… Pero eso será otra historia...

(En la foto, un momento de la celebración de las bodas de oro de Francisco y Marisa)

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Doce balas en el alma, la biografía del valdepeñero Francisco Ruíz, víctima de ETA...