El Ayuntamiento asumirá los gastos de fundición (en bronce), transporte y colocación; en total 45.000 euros. Llevará una placa donde ponga “Valdepeñas, a sus madres”.
Martín ha expresado su deseo de poder inaugurarla en cuanto sea posible, en cualquier caso antes de que acabe el verano. Medirá 2.20 metros, más el pedestal, y estará colocada en la Plaza de España, en la esquina más próxima al Mercado Municipal. “Creo que además de incorporar un valor patrimonial y cerrar lo que ha sido la escultura del siglo XX con un nombre como Julio Hernández, estamos rindiéndole homenaje a las mujeres que nos hicieron y que posiblemente nunca se posicionaron en su reivindicación, sino que entendieron que eso es lo que tenían que hacer y lo hicieron muy bien”, ha señalado.
La llegada a la Ciudad del Vino de esta escultura entraña una historia que hoy ha dado a conocer el regidor municipal. Julio López Hernández fue el artista invitado de la última Exposición Internacional de Artes Plásticas y en aquel momento, habló al Alcalde de esta obra y de la imposibilidad que ha tenido durante más de sesenta años de colocarla en un lugar para el que la concibió, “en un sitio público en dirección a un mercado”. El escultor –autor entre muchas otras obras de gran calidad, del homenaje a Lorca que luce en la madrileña Plaza de Santa Ana- le ofreció la posibilidad de tenerla en Valdepeñas “y yo le dije que no teníamos capacidad para pagar una obra suya y me dijo que nos la regalaba”. El motivo de tal obsequio no ha sido desvelado por Martín, que ha querido respetar la ausencia de López por enfermedad en este acto.”
El Alcalde ha matizado que esta escultura no es un homenaje a la mujer, sino que es “el homenaje a nuestras madres, a esas mujeres que no estando visibilizadas como hoy lo estáis, han soportado durante siglos el esfuerzo y el trabajo de dar de comer a sus hijos, mantener la familia y además, estar de pié aún cuando estaban embarazadas”. El objetivo de colocarla en la Plaza es que “las generaciones venideras recuerden como una mala educación conducía a una mujer no a ser madre o esposa, sino a ser esclava de sus hijos y de sus hombres. Eso es lo que no tiene que volver, pero desde luego nuestras madres si merecen este homenaje”, ha concluido.
