viernes. 29.03.2024

“Se hace saber que llegan días hermosos y os llamo a vivirlos”. Con esa pirueta, haciendo un guiño los pregoneros de antaño, arrancó Benjamín Rey el pregón de la Semana Santa 2018 en La Solana. Pero ese anuncio no se quedó en una frase hecha, más o menos pintoresca. Estaba invitando “a vivirlos” en plenitud. “Tengo una perspectiva de la Semana Santa distinta a la de mucha gente puesto que la vivo más desde los oficios litúrgicos”, declaró a Radio Horizonte minutos antes de ponerse frente al atril. “Primero descubrí la grandeza y el valor de los oficios litúrgicos y la Semana Santa en la calle la descubrí después como una una catequesis de lo que se celebraba dentro del templo”.

Primer aviso a navegantes: la Semana Santa es mucho más que las grandes procesiones callejeras, por ejemplo la noche del Sábado de Gloria en el interior de la iglesia, “es lo que explica todo”. Y eso que su mejor recuerdo -reveló- es la imagen de Jesús Rescatado pasando por la plaza una mañana de Viernes Santo. “Desde ese momento la Semana Santa de La Solana ha ido entrando en mí”.

52 minutos de literatura y expresividad

A partir de esa premisa, el párroco de Santa Catalina construyó un pregón que utilizó como hilo conductor los cinco sentidos del ser humano, olfato, gusto, tacto, oído y vista. Por ese orden. “Es una invitación a poner todo lo que uno lleva dentro”. “Tenemos que potenciar nuestra atención para que el presente maravilloso que vivimos seamos capaces de captarlo”, dijo.

Fueron 52 minutos exactos, sin contar la emotiva oración que pidió en el arranque en memoria de Antonio Campillo, sacerdote solanero que esa misma mañana había recibido sepultura. Dicen los expertos que 52 minutos es demasiado, y así es, pero Benjamín Rey tuvo la virtud de convertirlos en un suspiro, gracias a dos elementos. El primero, una brillante altura literaria, adornada con recursos muy variados en los que mezclaba vivencias, episodios evangélicos, poemas u oraciones. Y dos, la forma de interpretar la lectura. Es difícil llegar al público sin fondo, pero aún más sin forma, sin expresividad. No fue el caso, desde luego. Y tal vez por eso el Tomás Barrera le brindó un largo minuto de aplausos al finalizar su pregón.

Antes, el presentador del acto, Paulino Sánchez, glosó la figura del pregonero, que pronto cumplirá 9 años como párroco de Santa Catalina. Benjamín Rey era el trigésimo octavo pregonero de la Semana Santa solanera desde el año 1956 y el sexto sacerdote en ocupar esa tribuna. El presentador recordó su trabajo al frente de la parroquia, donde destaca la reciente restauración de la techumbre e interior del templo, una obra de enorme enjundia pero necesaria.

En el escenario se situaron los presidentes de las cuatro hermandades de Pasión: Vera Cruz, Sepulcro, Virgen de las Angustias y Jesús Rescatado, junto a los párrocos in solidum de San Juan Bautista de la Concepción y el alcalde en representación de la autoridad civil. Al término del pregón, el presidente de la Junta de Hermandades de Pasión, José Merino, entregó una placa a Benjamín Rey.

El complemento perfecto a la velada lo puso un conjunto instrumental de la Escuela de Música y Danza ‘Ángel Sancho y Lucía’, que ofreció un breve concierto de marchas procesionales, entre ellas ‘La Macarena’ y ‘Alma de la Trinidad’. Como bis, se interpretó ‘La Saeta’.

Benjamín Rey, un pregón de Semana Santa para los cinco sentidos