viernes. 19.04.2024

Gobierno Frankenstein

Antes de comentar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, me voy a permitir dirigirme a todos aquellos que desde la presentación de la moción de censura, durante su tramitación, e incluso después de haber sido ganada, no han dejado de calificar, de amenazar con: que viene un gobierno Frankenstein. A todos ellos les voy a pedir que cojan la lista de los nuevos ministros y me digan a la cara, mirándome a los ojos, manteniendo la mirada: “Lo ves, es un Gobierno Frankenstein”. Les ruego que hagan eso, o de lo contrario que pidan perdón por haber hablado con tanta ligereza. Eso es lo que tienen que hacer, -que no lo van a hacer-, si les queda una pizca de dignidad.

Reconozco que tenía muchas dudas, de cómo iba a iniciar el camino Pedro Sánchez. Y el primer paso que tenía que dar era la configuración de un Gobierno. Ya ha dado ese primer paso. Una duda que se me ha despejado.

El primer comentario que se me ocurre es que el nuevo gobierno cumple un requisito poco común en los tiempos que corren: “Ha cumplido lo prometido”. Dijo que iba a ser un gobierno socialista; y lo ha cumplido; no hay nadie de otros partidos. Dijo que pensaba reforzar con personas independientes de perfil técnico. Cumplido. Y dijo que iba a ser un gobierno para gobernar; nada provisional. Y lo ha cumplido. Repito: Cumplir lo que se promete es de un político fiable, aunque eso no se lleve. Recuerdo, para los desmemoriados, que Pedro Sánchez habló de convocar elecciones, pero una vez devuelta la dignidad a la política y retomada la agenda social.

Es muy frecuente debatir si es preferible un gobierno técnico o un gobierno político. Ambos tienen sus ventajas. Pero si se logra que un gobierno tenga a la vez los dos rasgos, será mucho mejor. Creo que ese es el caso del gobierno de Pedro Sánchez. Es un conjunto, en su mayoría, de un potente perfil político, pero a la vez una gran preparación en cada una de las áreas que se les encomienda.

También me llama la atención el cambio de imagen. Tengo la impresión, no sé cuánto tendrá de subjetiva, de que se trata de un grupo de personas normales, corrientes, que inspiran cercanía. Personas como la mayoría de los ciudadanos de a pie. Las personas distantes, en actitud, estatus social, o intereses, es más difícil que entiendan las inquietudes, las necesidades de la gente. Ahora falta lo más importante: que sepan y puedan llevar a cabo sus propósitos. Se verá.

Gobierno Frankenstein