Se trata de un proyecto que está dirigido a personas en situación de vulnerabilidad con muy baja empleabilidad y que persigue mejorar las posibilidades de inserción laboral de estas personas en riesgo de exclusión social, en la que multitud de factores afectan a distintas esferas de su vida por lo que su proceso de inclusión social requiere de una intervención integral, específica e intensificada a través de acciones de empleo.
Para lograr dicho objetivo se propone el desarrollo de itinerarios integrados personalizados que combinan medidas de motivación, información, orientación, formación, capacitación, acceso a las tecnologías, prácticas formativas en entornos reales, etc.
Del total de personas que han participado en este proyecto se han formado al 75% en diferentes acciones formativas, 21 de ellas se han acercado al trabajo en las empresas a través de prácticas no laborales y han encontrado un empleo 25 personas.
La situación socioeconómica que vivimos desde hace unos años ha tenido importantes consecuencias sociales, agravando la situación de aquellas personas que se encontraban en situación multiproblemática, derivada de un cúmulo de desventajas sociales o factores de discriminación relacionada con su situación de exclusión social. En este sentido, se hace necesario un trabajo de sensibilización con el entorno para abordar aquellas barreras que suponen factores de discriminación añadidos para estas personas que se encuentran en situación de desventaja, algo para lo que trabaja Cruz Roja en este proyecto, y en general, en su Plan de Empleo.
Esta iniciativa cuenta con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a través del Programa Operativo de Inclusión Social y de la Economía Social (POISES) para el periodo 2016-2019.
