sábado. 20.04.2024

'La mala vida'

Valen y yo, en Bodegas Calatayud. (Copiar)
Joaquín Brotóns y el actor e íntimo amigo Valentín Hidalgo, en Bodegas Calatayud de Valdepeñas

El 28 de agosto de 1999 impartí mi conferencia: “El vino de Valdepeñas en las tabernas de Madrid”, en la Bodega-Museo de Valdepeñas, en la que dije: “La mala vida, no es mala, es muy buena, pero no hay cuerpo ni bolsillo que la resista”, expresión, que causó la sonrisa de algunos asistentes y amigos míos cómplices, que llevaron durante mucho tiempo, como el autor de este artículo, la llamada mala vida.

La plena, intensa, la que llaman mala vida, no es mala, no muerde, no ataca, pero llega un momento en la vida, en que te pasa factura y tienes que  pagarla con recargo, claudicar y cantar aquel precioso tango de mi admirado Carlos Gardel: “Adiós, muchachos, compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos. Me toca a mí hoy emprender la retirada, debo alejarme de mi buena muchachada. Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno. Contra el destino nadie la talla…, se terminaron para mí todas las farras, mi cuerpo enfermo no resiste más…Además, dicen, que una retirada a tiempo es una victoria.

En cierta ocasión, escuché a un conocido ginecólogo, decir: “El hombre está 40 años matándose y otros 40, intentado curarse del daño que se ha hecho”. Pues, en  mi caso, han sido muchos más, ya que, hasta los 63 años que tuve un infarto en el conocido bar-restaurante: “El Penalty”, he estado “matándome”…, y me salvé gracias a la inestimable intervención que me hizo el paisano y amigo, el reputado doctor en cardiología, Fernando Lozano, al que tanto valoro y aprecio, dada su  gran profesionalidad y su comprensión y bondad de ser una persona excelente, entrañable, cálida y sencilla, tan alejado de algunos galenos, que parecen, “que se la cogen con papel de fumar”, como decía un antiguo trabajador del Ayuntamiento de Valdepeñas y viejo compañero y amigo, hoy jubilado y recluido en su casa, pero que sigue “pegándole al jarro del tinto”.   

Ni que decir tiene, que también han influido mi familia y la doctora del Centro nº 1 de Valdepeñas, Pilar García de Jaime, junto a su enfermera, Magdalena de la Torre, que son dos magníficas profesionales de la sanidad pública y mis ángeles salvadores en la tierra, junto a mi entrañable amiga Rosario Sánchez -enfermera del Hospital de Valdepeñas-, que se preocupan por mi salud mucho más que yo mismo.

Claro, que siempre me están aconsejando, como mis queridas hermanas, que tengo que cuidarme. Pero, qué es cuidarse: No fumar, no beber alcohol, no comer grasas, ni tomar dulces, ni las comidas saladas, no trasnochar, no sufrir estrés, no echarse siestas de pijama y orinal, acostarse y levantarse siempre a la misma hora, como si fueras una máquina que todos los días se pone en marcha y se apaga a la misma hora. ¿Eso es cuidarse? Pues sí, dicen que sí, pero yo me divertía mucho más antes, cuando no me cuidaba y me comía un par de huevos con chorizos, regados ampliamente con buen vino de Valdepeñas, mi amada ciudad natal de amor y llanto…, mi ciudad-isla, mi ínsula báquica, mi Alejandría de La Mancha. Y todavía mucho más, si me tomaba unas copas de pacharán, después del café con chorreón…, y unas ginebras con limón o tónica, conocidos popularmente como: “bolillas” o “cubatas”, además de alguna otra bebida larga: güisquis, ron cubano de caña con cola…

Actualmente,  mi vida es otra muy distinta, en la que no hago ya excesos báquicos, ni amorosos…, ni nada de nada. ¿Voy a vivir más?, pues no lo sé, sinceramente, pero desde luego, como me dicen varios paisanos y amigos: “se me va hacer más largo”.Y eso, sí que es verdad, muy largo…, como un camino largo y pedregoso, dado que, como decía  mi íntimo amigo Valentín Hidalgo: “La vida en seco… es muy dura”.

En fin, que aunque no me arrepiento nada, pero nada de  mi vida de no tener colmo -como me decía un buen amigo mío-, ya que siempre he hecho mío el Carpe Diem: “aprovecha el momento”, y puedo hacer mía también aquella famosa frase: “que me quiten lo bailao”, incluso una, que se utilizaba  antiguamente mucho en Valdepeñas, cuando un amigo dipsómano y vitalista moría: “Ya se ha bebido su tinaja” o la otra: “Se va muy completito al otro mundo”, sí que sugiero a la juventud -no me gusta dar consejos-, que sean abiertos de mente y gocen los placeres que les ofrece la vida, “que es un soplo la vida” -como también canta el gran Gardel-, que es breve y la guadaña siempre está afilada, pero que hagan todo con moderación, que es lo que aconsejan los galenos y que, dada mi experiencia vital, también digo, que todo se paga en esta vida, aunque algunos se van al: “patio de los callaos”, sin pagar sus deudas -no me refiero a las económicas-, sino a las otras, al mucho daño que han hecho a los demás, en su vida, incluidos los amigos…, aunque ese tipo de gentes no tienen amigos de verdad, dado que son buitres carroñeros, trepas…, que van siempre al sol que más calienta.

(Joaquín Brotóns, siendo investido: "Mayoral del Vino de Valdepeñas")

J.B.siendo nombrado Mayoral del Vino. (Copiar)

Dedico esta crónica jocosa a la memoria de mis queridos y entrañables paisanos y amigos, el gran pintor Óscar Benedí y al excelente actor Valentín Hidalgo Rubio, que fueron fieles, valientes, atrevidos hedonistas y compañeros de aquellos años de vida intensos, plenos  de mala vida…  Ellos, mis grandes colegas, ya saldaron sus cuentas. Yo, todavía estoy aquí, afortunadamente… La tierra les sea leve a los dos amigos citados, entre otros, que tanto quise y con los que tanto me divertí y disfruté, en los años locos de vino y rosas, aunque también me pincharon sus espinas…

(El autor del artículo y el poeta Vicente Núñez (Premio de la Crítica), en Córdoba, 1986)

brotons 1 (Copiar)

Ahora, solamente quedan recuerdos, que abrasan como cenizas candentes…Y aceptar el Beatus Ille: “disfruta de la vida sencilla”, que es la que ya me queda a mí, pero eso ya no es vida, como rezaba uno de los muchos azulejos que había entre tinaja y tinaja, en la bodega de mi padre y mis tíos paternos: Matías y Joaquín, cuya razón social era: “Bodegas de Matías Brotóns y Hermanos. El  antes nombrado azulejo o baldosín, decía: “La vida buena es cara. Hay otra más barata, pero esa ya no es vida”. Lo dicho. “Adiós, muchachos, compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos…”  

                                                                                                   www.joaquinbrotons.com

'La mala vida'