sábado. 20.04.2024

Con la llegada de la primavera el aire se llena de los cantos de pájaros, la tierra se cubre de alfombra verde y todos los seres vivos buscan armonía. Pero no todos los días son de sol, hay temporadas de tormentas… Igual que en nuestro mundo interior: no siempre reina la tranquilidad y bienestar. Y aún más difícil gestionar las tormentas emocionales para los niños que todavía no saben interpretar bien su estado anímico y combatir el estrés. Los padres estamos buscando caminos para educar a nuestros hijos ser confiados, tranquilos y positivos. Uno de estos caminos se llama MINDFULNESS o ATENCION PLENA. La asociación socio-educativa Luz de Jabalón organizó taller de mindfulness para los niños de 7 a 11 años para introducir a los pequeños a la atención plena y gestión emocional.

Para entender mejor qué es mindfulness y cómo puede ayudar a nuestros hijos hemos hablado con la coach en educación transpersonal e instructora de meditación María José Navarro Delgado quien facilitó el taller de Atención Plena.

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¿A partir de qué edad se puede aplicar con los niños para que entiendan bien las indicaciones?

María José contó que hoy en día ya existen  programas de mindfulness y meditaciones dedicados a bebés, pero en estas edades el protagonismo recae más en los padres o adultos que hacen el ejercicio junto con su niño.  María José asegura que a partir de los 3 años niños ya pueden hacer unos ejercicios por su cuenta, es a ésta edad cuando ya pueden centrar su atención en la respiración y, aunque todavía no son conscientes de la finalidad de los ejercicios, si les puede ayudar a entrenar la concentración y la atención  para darse cuenta de lo que sucede a su alrededor. Los estudios recientes confirman que los niños de 4-5 años ya se benefician de las prácticas de mindfulness pues es la edad en la que se empieza a desarrollar la conciencia corporal,  y a partir de los 7-8 años cuando las técnicas de mindfulness se deben introducir puesto al ser más conscientes y partícipes de los ejercicios de la respiración y de la exploración corporal.

¿Todos los niños responden igual de bien al Mindfulness?

Ante la misma circunstancia no respondemos de la misma manera y en mindfulness ocurre lo mismo: las respuestas no tienen por qué  ser las mismas y no todos están en el mismo momento de madurez o desarrollo para recibir en la vida aquello que nos llega. Mindfulness es desarrollar la actitud de vivir en presente de aquí y ahora, de darnos cuenta lo que estamos haciendo mientras lo estamos haciendo de una manera amable y curiosa. Con los niños los ejercicios de mindfulness se hace de una manera lúdica, a través de diferentes ejercicios dinámicos y juegos. La diversión resulta clave en el trabajo con los niños – a menor diversión más aburrimiento-. Sabemos que no todos los niños se divierten de la misma manera. El adulto que trabaja con ellos tiene que calibrar las necesidades de cada uno para saber ofrecerles lo que necesitan para poder desarrollar su potencial. Para practicar mindfulness con los niños estos necesitan ser acompañados por adultos o por profesionales, que tengan desarrollada esta actitud porque: “educamos por lo que somos, no por lo que decimos”. No se puede esperar resultados iguales, hay que respetar el proceso de cada niño en el momento en el que se encuentra con sus necesidades concretas. En función a ello, mindfulness se adapta a los niños, no los niños a mindfulness y desde ahí cada niño sacará su aprendizaje y vivencia correspondiente.

La regla de oro de mindfulness para los adultos que trabajan con niños es el respeto absoluto a lo que cada niño manifiesta en este momento. En ningún caso, el resultado de la experiencia está incorrecta o está mal: no evaluamos la experiencia – tan solo recogemos la toma de consciencia que lleva a la profundidad de la práctica.

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¿Es posible aplicar técnica Mindfulness por parte de padres en casa?

El mindfulness es una experiencia, es una actitud y para transmitir ésta vivencia y su mensaje a los niños, el adulto que se relaciones con él debe darlo desde su ejemplo, por lo que si los padres lo viven tanto mejor se lo harán llegar a sus hijos: a padres conscientes, hijos conscientes.

No se trata de hacer unos ejercicios o juegos aleatorios para divertir a un niño, pasar un rato con él – las técnicas de mindfulness llevan un mensaje implícito y unas dinámicas que están estudiadas y estructuradas para que se puedan llevar a la vida cotidiana de este niño. Por lo tanto cuanto más implicados estén los padres, cuanto más esté desarrollada su actitud de atención plena (mindfulness), más armoniosa será la relación  que establecerá con sus hijos.

 Desde nuestro ejemplo estamos ofreciendo a los niños los recursos y las herramientas para que crezcan más conscientes, concentrados, pacientes, empáticos. Si un adulto no lo es… el niño va a seguir su ejemplo, y por lo tanto tampoco lo llegará a ser. Uno de los objetivos del mindfulness es que las personas podamos resolver cualquier situación que nos proponga la vida con calma y tranquilidad, con mayor asertividad, por lo que el adulto tendrá que ser el primero en desarrollarlo para servir de ejemplo a sus menores, por lo que si los padres lo practican ¡claro que sí podrán acompañar a su hijo en casa!, es lo ideal.

¿Es Mindfulness beneficioso para los niños?

Todos los estudios e investigaciones sobre los efectos de mindfulness en los niños ponen de manifiesto que pueden mejorar no solo los síntomas conectados con la salud mental, sino que también contribuyen al desarrollo y bienestar general. Se puede hablar de los grandes beneficios de mindfulness para los niños: mejorar su aprendizaje, la atención, la creatividad y el rendimiento académico. Tanto los niños despistados como más atentos mejoran su concentración. Los niños que practican mindfulness mejoran la gestión de las emociones que tiene mucha importancia ya que todavía se frustran al no saber interpretar su mundo interior y salir de las situaciones que les afectan emocionalmente. La técnica permite reconocer las emociones, responder a la pregunta ¿qué es lo que me está pasando? Y ello les ayuda a regularse. A mejor gestión de las emociones mayor autoestima de los niños y adolescentes, mayor autoconfianza, y todo ello se reflejará en las relaciones dentro del entorno escolar o en el familiar.

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¿Ayuda la técnica de mindfulness en la vida escolar?

Por añadidura a los beneficios expuestos anteriormente, el Mindfulness también disminuye el estrés y la ansiedad, como el que viene marcado en las épocas de los exámenes, los pensamientos negativos se reducen, el nivel de la tensión baja, la frustración desaparece, se crea un estado de calma y serenidad. Se mejoran las relaciones interpersonales e intersociales, se desarrolla la paciencia, la empatía, el bienestar anímico, respeto a sí mismo y a la gente que les rodea, ayudando a marcar los límites, motiva a un niño a la autoestima sana. Por lo que claro que ayuda a nivel escolar.

¿Para quién es especialmente aconsejable?

El Mindfulness o “ATENCIÓN PLENA” está dirigido tanto a  adultos, como a niños y adolescentes y en todas las esferas: en el sector profesional o empresarial,  en el ámbito de la salud y en  educativo. Los estudios demuestran que mindfulness ayuda a un amplio espectro de la población. A nivel clínico se aplica en el tratamiento de los niños con TDH, autismo e hiperactividad por ejemplo, y en enfermedades oncológicas, fibromialgia, depresión, estados de ansiedad o estrés, son también otros ejemplos para  ayudar a  aceptar la situación y apaliar los tratamientos  y poder vivir el día a día con menores dosis de sufrimiento,  porque lo que enseña mindfulness es vivir en presente y a tomar las circunstancias de la vida con más fuerza y serenidad.

En relación a los niños, estos nos están enseñando su gran capacidad de flexibilidad, de motivación en la búsqueda de la armonía, de fuerza interna – los adultos solo necesitamos acompañarlos en su camino, guiarlos, fortaleciendo su mundo de calma, en los momentos de crisis reconducir sus emociones al caudal de tranquilidad. 

María José Navarro Delgado: Mindfulness se adapta a los niños, no los niños a mindfulness