jueves. 28.03.2024

Mientras las miradas se dirigen a Cataluña, uno de nuestros ríos más carismáticos se seca. Castilla y Extremadura lloran su río, cuando las banderas engalanan los balcones de sus casas y sus habitantes salen a las calles manifestándose en pro de la unidad nacional

Otrora orgullo nacional, el río más largo de la Península Ibérica languidece fruto de los intereses políticos y económicos de una minoría. “Pedimos al Gobierno que nos devuelva el agua, no sólo por nosotros, sino por la viabilidad del río Tajo y todas las especies que cohabitan en él; porque el agua también es un asunto de estado y la unidad nacional se construye con solidaridad, sí, pero no primando los intereses de unas regiones frente a otras, no creando desigualdades en función de los votos que aporten”, explica Pérez Torrecilla.

“El río Tajo, como Cataluña, también pertenece a todos los españoles, no a unos pocos, y lo estamos matando en beneficio de un sindicato con prácticas mafiosas e intereses económicos privados; un sindicato cuya codicia es insaciable y que no cesa de añadir hectáreas de regadío ilegal en una cuenca que no es capaz de soportar tamaña barbaridad medioambiental, ni aun vampirizando nuestros embalses”.

Y es que el problema sigue sobre la mesa y no sólo afecta a los embalses de cabecera del Tajo, sino que comprende a poblaciones como Toledo o Aranjuez, implicando a las comunidades de Madrid, Castilla – La Mancha, Extremadura e, incluso, a nuestro país vecino, Portugal. No en vano, hablamos del río más largo de la Península Ibérica. “Pido a todos los españoles que protesten porque unos pocos nos están robando el río Tajo”.

Llamamiento a las empresas catalanas

Con el desafío nacionalista e inconstitucional sobre la mesa, son muchas las empresas catalanas que han abandonado la comunidad o están pensando en hacerlo. Y ya hay pueblos, como el también guadalajareño Henche, que se han ofrecido a acogerlas.

“Cuando se expropiaron las tierras para la creación de los embalses, nuestros vecinos se dedicaban a la agricultura y se les prometió un futuro vinculado al turismo; ahora que nos han arrancado el agua, no tenemos ni agricultura, ni turismo”, lamenta el alcalde de Sacedón y presidente de los ribereños, Francisco Pérez Torrecilla, que añade, no sin cierta sorna, que “estarían encantados de acoger cualquier empresa que quiera cambiar de sede”.

“Igual quieren ayudarnos desde el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, porque está claro que no piensan parar de esquilmarnos hasta que no quede una sola gota de agua; a lo mejor el plan es secar los dos embalses para poder acoger a todas las empresas que quieran abandonar Cataluña”.

El río Tajo, como símbolo de la unidad resquebrajada de España