viernes. 29.03.2024

Enjambres humanos

El primer ministro británico, David Cameron, fue fuertemente criticado hace pocos días por afirmar que “un enjambre” de inmigrantes trataba de llegar al Reino Unido, comentando la situación en Calais, en la costa francesa.  “Tienes a un enjambre de personas llegando por el Mediterráneo, que buscan una vida mejor, que quieren llegar a Gran Bretaña, porque Gran Bretaña tiene empleos, una economía pujante, es un lugar increíble para vivir”, dijo Cameron a la televisión ITV en una entrevista. 

Migrantes esperan un tren para ir a Inglaterra. (Copiar)
Migrantes esperan un tren para ir a Inglaterra. EFE/YOAN VALAT

El primer ministro británico, David Cameron, fue fuertemente criticado hace pocos días por afirmar que “un enjambre” de inmigrantes trataba de llegar al Reino Unido, comentando la situación en Calais, en la costa francesa.

“Tienes a un enjambre de personas llegando por el Mediterráneo, que buscan una vida mejor, que quieren llegar a Gran Bretaña, porque Gran Bretaña tiene empleos, una economía pujante, es un lugar increíble para vivir”, dijo Cameron a la televisión ITV en una entrevista.

El término que utilizó ”swarm” se usa en inglés sólo para referirse a insectos. Unas 3.000 personas de países como Siria y Eritrea acampan en el puerto francés de Calais con la esperanza de dar el salto al Reino Unido, encaramados en trenes o colándose en camiones.

Es una cuestión dialéctica pero que conlleva un gran trasfondo que no revela nada bueno pues imagino que Cameron ve a los inmigrantes como insectos, una plaga al fin y al cabo, que quiere abordar su país, tan increíble como él afirma.

No sé si se habrá planteado que esos insectos son personas en busca de una vida mejor. Personas que huyen de sus países porque es imposible vivir en ellos. Imagino que no habrá pensado lo que debe ser abandonar tu país, tus raíces, la tierra en la que creciste y quedaron tus ancestros porque esa misma tierra es sinónimo de muerte de una manera u otra y es mejor arriesgar todo por nada pues consideran que sus vidas no valen nada quedándose en sus países de origen.

Imagino que tampoco habrá pasado por su perfecta y so british mente que uno no elige nacer en un sitio concreto en este planeta para tener la suerte o mala suerte que le acompañe el resto de su vida. ¿Cuánto vale tu vida si vives en un país donde la guerrilla mata en nombre de un dios cualquiera, te puede raptar, violar, obligarte a matar, hacer volar por los aires o degollarte con un machete cuya función no era la de rebanar pescuezos precisamente? Nada, tu vida no vale nada cuando estás a merced de un loco dictador, de un loco integrista o de alguien que solo sabe enriquecerse explotando los recursos del país buscando su propio beneficio e ignorando a sus ciudadanos. Tu vida no vale nada cuando la tierra en la que vives no produce alimento alguno, cuando el agua es un lujo inalcanzable, cuando ves morir a los tuyos de inanición.

Alguien juega a los dados con los habitantes de este planeta y no sería justo echarle las culpas a ninguna criatura divina, no. Los culpables se hayan bien acomodados en este lado del planeta, en el llamado primer mundo. Son esos que juegan con las vidas de los demás con el único propósito de enriquecerse a fuerza de explotar y desangrar. Esos mismos que financian a las llamadas repúblicas bananeras, esos mismo que les proporcionan las armas... Es tan largo el etcétera que duele seguir escribiéndolo.

Ayer lunes, el gobierno británico publicó una serie de medidas para evitar el flujo de emigración. Un endurecimiento de las leyes que va desde reforzar el número de policías en las zonas fronterizas hasta  condenar a los propietarios de viviendas que alquilen a sin papeles. Todo ello, sin olvidar las críticas al gobierno francés por su ineptitud.

Parece que cuando España, Italia y Grecia clamaban ayuda para poder actuar por la llegada de avalanchas de emigrantes era una bobada, ahora que han llegado a sus puertas, los británicos se mesan los cabellos y rasgan sus vestiduras para que la UE actúe de manera contundente.

Más de 3.000 personas esperando en Calais para poder cruzar el Canal de la Mancha, ¿cuántas más estarán dirigiéndose hacia allí?

A mi humilde entender, el problema, como lo llaman británicos y franceses, se solucionará cuando sea correctamente enfocado. Son personas que necesitan ayuda, no un problema.

Mientras tanto, los países europeos centran sus esfuerzos en cerrar y vigilar fronteras, tanto en el Mediterráneo como en Reino Unido.

Qué pena me da la humanidad encerrándose en jaulas, asustados por sus semejantes.

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